Jalo los botones de mi vestido con fuerza hasta llegar a desgarrarlo todo, jalo mis bragas y de un solo tirón las rompió, patalee con fuerza evitando de que fuera a hacerme daño.
— ¡Héctor no por favor detente! —. Grite desesperada
Mis lágrimas comenzaron a salir y mis quejidos de dolor por sus agarres no se hicieron esperar.
— ¡Mirame, por que yo soy la única persona con la que podrás hacer el amor! —. Golpeó varias veces la cama
— ¡Héctor no! —. Grite al sentir como metió su pene con brusquedad en mi vagina
Empezó a moverse con fuerza dentro de mi, cerré los ojos con fuerza tratando de olvidar lo que me estaba pasando.
— ¡Ayuda! —. Grite con la esperanza de que alguien viniera a ayudarme
— ¡Nadie va a venir a ayudarte, por que en esta casa mando yo y en tu amor también mandare! —. Mi esperanza se apago al escucharlo decir eso
— ¡Héctor por favor detente, me estas haciendo mucho daño! —. Mi voz se escuchaba entre cortada
Suplicaba para que él se detuviera, pero hizo caso omiso y volvió a penetrarme con fuerza.
Gemía con fuerza mientras yo lloraba desconsolada, empezó a hacer chupetones por mi cuerpo mientras entraba y salia dentro de mi.
Después de un largo tiempo de sufrimiento él se corrió dentro de mi, bajo de mi cuerpo y se despojo de toda su ropa.
Mis lágrimas no paraban lo único que hice fue acostarme aún lado mientras recordaba aún sus sucias manos en mi cuerpo, sentí que se acostó a mi lado.
— ¡Espero que lo hayas disfrutado, por que esta será la primera y la última vez que vuelves a tocarme! —. Hable mientras le daba la espalda
— ¡De ahora en adelante dormiremos en habitaciones separadas! —. Sorbí mi nariz mientras me aferraba con fuerza a la cobija
— ¡Tu te casaste conmigo y tu juraste en el altar amarme así que toda la vida vamos a dormir juntos! ¡Te guste o no! —. Me tomo de nuevo de los brazos
Y comenzó a besarme a la fuerza, cerré mi boca impidiendo su acceso a ella pero mordió mi labio inferior provocando que la abriera y así él pudiera meter su lengua.
Entro con brusquedad buscando a la mía, pero ni siquiera la moví, puse mis manos en su rostro tratando de alejarlo, pero él me lo impido volviéndome a tomar por la muñecas y subirse arriba de mi.
Con una mano jalo la cobija que cubría mi desnudes y empezó a acariciar mi cuerpo sin pudor.
— ¡No me toques maldito enfermo! —. Trate de patearlo pero su cuerpo era demasiado fuerte para quitarlo
— ¡Eres mía, y no dejare que otras manos te toquen a menos que sean las mías! —. Gruño
Nuevamente volvió a penetrarme con fuerza, mis lágrimas ahora eran aún más continuas.
Sentía dolor cada vez que entraba en mi, sentí que un liquido salio de mi y pensé que era sangre.
Gemía con excitación y se movía salvajemente dentro de mi, y después de gran eternidad de dolor volvió a correrse por segunda vez dentro de mi.
No me moví ni un solo momento, deje que él se apartara de mi cuerpo, se hizo aún lado y me volteo con fuerza, me abrazo y se aferro a mi cuerpo como un imán, llore y llore toda la noche hasta poder conciliar el sueño..
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MÍA, SÓLO MÍA (+18)
RomanceTERMINADA...✓ - ¡Héctor no! -. Mi pulso se acelero él me tenia acorralada No dejaba de repartir besos agresivos por todo mi cuerpo, por un momento en él observe la locura. - ¡Dime que solo me amas a mi! ¡Dímelo! -. Gritaba desesperado esperando mi...