Todos tienen a alguien que los salva.
Alguien que al llamarlo viene corriendo a donde estás y te saca del problema.
Alguien con el que puedes echar toda tu ropa en una mochila y largarte por al menos todo un día.
Es esa persona que esperas toda tu vida.
Que envidia me da pensar que en estos momentos hay personas que viven lo mismo que yo...sólo que tienen a ese “alguien” que viene por él.
Para una persona sin amigos es un eternidad en soledad. Un abismo sin luz. Eres dueña del problema y no puedes huir.
Si no tiene solución es porque no has hecho lo suficiente, no has gritado y llorado tan alto.
Siempre he sido ese “alguien” de todos.
Y por una vez, con estas peleas de fondo mientras escribo esto. Con los dedos temblando por sobre las teclas, estoy esperando a ese héroe de películas.
Ése que me tome de las manos y me diga que a la mierda mis padres.
Muchos envidian un cuerpo, una cara, una voz y hasta el dinero.
Yo no. Sólo estoy celosa de ellos, los que tienen a su persona salvadora.
Quiero a ese “alguien”
Y oí que la esperanza es lo último que se pierde pero para ser honesta, creo que ese sentimiento no te salvará de morir.
Sólo hace más duradero el infierno.
Escrito mientras tengo un fin de semana con mí padre y mi madre.
Gracias por enseñarme que un cuerpo pequeño puede sentir hasta la ira más brutal.
Espero que acaben el vaso de alcohol pronto.
—Valentina.