Capítulo 1: La curiosidad de Kagome

1.9K 78 24
                                    

"Culpable o no"

Nunca se había sentido tan usado y engañado en su vida así que quiso vengarse de la forma más absurda pero a la vez cruel: La hermana pequeña. Ella iba a sufrir en sus manos toda su venganza... culpable o no.

DISCLAIMER: Los personajes son de Rumiko Takahashi pero la historia es mía, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Lady Sakura Lee

Capítulo 1: "La curiosidad de Kagome"

- ¿No estas realmente asustada por lo que nos espera?

Al escuchar la pregunta, Kagome sonrió cerrando su maleta sin dificultad, se volvió hacia su compañera de cuarto, una chica de su misma edad y con la cual había compartido todo ese año en aquel colegio exclusivo de señoritas.

- ¿Asustada? – Sus ojos castaños, grandes y expresivos, parecieron iluminarse más de lo usual-... no, más bien estoy ansiosa- Sonrió luego, abiertamente.

Eri suspiró con nostalgia.

- Es porque tú eres la menor y no tienes que encontrar marido tan pronto... mientras que yo siendo hija única...-Se lamentó, suspirando otra vez pesadamente.

Kagome la quedó mirando sin saber qué decir. Conocía su historia. Desde hacía un par de meses lo padres de su querida amiga la tenían comprometida para casarse una vez terminando su enseñanza, a un hombre que bien podría ser su padre... o abuelo. Cómo odiaba eso de los matrimonios arreglados, al final, lo que siempre primaba era el dinero que las dos familias unirían, antes que el amor. Era tan absurdo... ¡Pura conveniencia! La muchacha volvió a decirse que a ella nadie nunca en la vida la casaría con alguien que no amase. Se acercó a su amiga y se sentó a su lado intentando decir algo reconfortante. La verdad no sabía qué.

- Querida Eri...- Musitó, tomándole las manos y mirándola directamente a la cara-... yo sé... que debe ser difícil... pero... si no quieres, no pueden obligarte a hacerlo. La decisión es tuya... aun tienes un año para decidirte y... cualquier cosa puede pasar. Tal vez este verano las cosas cambien y... debes oponerte si no quieres casarte...

Su joven amiga la miró casi con rencor.

- No estas en mi lugar, tus padres nunca te obligarían a nada, para ellos aun eres su niña consentida. En cambio yo... me caso o... - Tragó con fuerza desviando la vista, se hizo un silencio profundo en la habitación, ella parecía meditar demasiado su situación -... no puedo oponerme tampoco... – Suspiró finalmente con derrota- No, tampoco podría quedarme solterona... eso sería peor que la muerte.

Kagome quiso reír, pero eso sería ofender a Eri. Suspiró pensando otra vez que si ella estuviera en su lugar, preferiría quedarse solterona... o estar muerta, antes que casarse con un hombre que no amaba. No, no, no, jamás. Aunque estaba segura que sus amorosos padres nunca le harían algo semejante. La muchacha se separó de su lado y caminó con lentitud hasta la ventana desde la cual se veía, muy a lo lejos, su hermoso y tranquilo pueblo natal.

Cómo extrañaba su casa, a su hermana mayor, sus padres y los pocos sirvientes, su bello dormitorio, sus gatos... y también... a ese hombre que había visto sólo una vez y que nunca más pudo olvidar. Sí, aquel joven caballero, educado en extremo, que había conocido un par de semanas atrás en casa de su compañera de dormitorio, gracias a un permiso especial que le habían dado para asistir al cumpleaños que se había realizado en el hogar de la homenajeada. Recordaba aquella noche. Había sido casi mágica. Desde entonces era una de las hermanas menores de Eri, cuando la visitaba, quien siempre le daba información a cerca de él. Se sabía que estaba viviendo en el hotel del pueblo desde hacía algunas semanas por asuntos de negocios. Ahora que finalmente eran las vacaciones y ella terminaba su año escolar sólo ansiaba volverlo a ver. Imaginaba momentos... quien sabe, tal vez como... el de las novelas románticas que Eri escondía bajo su cama. Dios, su corazón latió fuerte. Tenía grabado casi a fuego el beso que él había dado en su mano.

Culpable o NoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora