Capítulo Único

1.2K 211 298
                                    

Oikawa estaba harto. No como el "harto" que sientes cuando te terminas todo el helado de la nevera e intentas que tus pulmones se superpongan a la presión ejercida por el estómago lleno, tampoco ese "harto" de cuando la novela da un giro que obviamente pretende alargarla por toda otra temporada a pesar de saber perfectamente que verás cada capítulo. No, era un "harto" más parecido al de un estudiante universitario promedio cansado de la multitud de exámenes que se le avecinan o el de una ama de casa molesta de ver sucio el suelo del living que acababa de trapear.

Si, era un "harto" de los obstáculos que le ponía la vida sin desearlo y ¡definitivamente no estaba siendo dramático! ¡Cualquiera en su situación pensaría exactamente igual!

A su lado, Hanamaki seguía parloteando sin parar acerca del mismo chico de siempre, completamente ajeno a su calvario mental y sentimental si decidimos echarle más sal a la herida y recordamos su soltería reciente. El insufrible clima de verano no daba tregua aún con su ventilador encendido, para colmo empapando su playera de alien favorita, edición limitada por lo demás, pero lo que era peor en ese momento, ¡más importante que su propia vida! Era la frustración de no poder vencer el resistente obstáculo frente suyo, no pudiendo más que arrodillarse y admitir su propia debilidad con la mirada suplicante hacia el cielo, o más bien, el techo de su apartamento en este caso.

—¡Esta jodida tapa no quiere abrir!— Exclamó ya cansado, lanzando sobre su cama el frasco con dulces que su hermana le había mandado por encomienda y que llevaba tratando de destapar desde que su amigo había empezado a hablar, lo que definitivamente no era un tiempo menor—. ¡Ah! ¡Estoy harto de esto! ¡Este jodido frasco es como el martillo de Thor! Te juro que me casaré con aquel que lo logre abrir.

—¿Escuchaste algo de lo que dije?— Comentó Hanamaki con un suspiro— Vengo a hacerte compañía luego de que te botaran tan vergonzosamente y no haces más que ignorarme.

Oikawa sintió una flecha atravesar su pecho al recordarle el traumático incidente, aunque de traumático no tenía mucho considerando que él mismo había planeado terminar con la chica pronto. Sin embargo, el que se le hubiera adelantado, más usando adjetivos como "aburrido", "narcisista" y "friki de los aliens" habían dejado su orgullo en un estado deplorable del que había intentado salir con helado y novelas coreanas.

Lo cual claramente no estaba dando muchos resultados.

—¡Un amigo que intenta animar a otro no usaría las palabras prohibidas!

—¿Cuáles palabras prohibidas? ¿Hablas de que te botaron? ¿O que lo hicieron vergonzosamente antes de vacaciones de verano?

El castaño se sujetó el pecho sintiéndose completamente derrotado mientras Hanamaki rodaba los ojos a su dramatismo.

—Si me hubieras escuchado, sabrías que estoy tratando de ayudar a tu destruido estado sentimental.

—Dices eso, pero lo único que escuchaba era: "¿Ya te conté lo sexy que se veía en nuestra última cita? Creo que nunca he conocido a alguien que se vea tan sensual cuando habla de su trabajo" ¡Que trabaja con cadáveres! ¡Makki, por Dios!

—Bueno, ¿qué quieres que le haga si es la verdad?— Le restó importancia con un levantamiento de hombros— Además, es mejor eso a estar llorando porque la protagonista no se quedó con el personaje que te gustaba.

—¡No te metas con Emergency couple!— Exclamó con un dedo acusador, absolutamente dispuesto a defender su drama de la tarde.

—Si, si, claro. Como te decía, apelaré a tu bisexualidad para mostrarte mi razón de estar aquí— Habló con calma mientras buscaba algo en su celular—. Lo encontré— Anunció tendiendo el celular en su dirección, pero Oikawa hizo un gesto de desinterés con la mano.

Cita deportivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora