La playa [Satoru/Shouko]

Parte única.

¿Cuántos años habían pasado ya desde que Suguru se fue? ¿Desde que Gojō lo mató?

Tal vez sí sabía, pero la cabeza le dolía como para pensar y el sueño combinado con el alcohol no le ayudaba tampoco. Ser doctora era difícil, era abrumador a veces el pensar quién sería el siguiente cuerpo en estar en la morgue al cual, diseccionaría.

Y a veces, temía que el siguiente cuerpo, fuese el de Satoru. Que aunque fuera fuerte y sabía, podía cuidarse solo, nunca faltaba que algo ocurriera o saliera mal.

Suspiró, se estaba sintiendo enferma. Aunque no era exactamente una enfermedad lo que la hacía sentir así.

Masajeó sus sienes y de paso, el puente de su nariz, queriendo amainar el dolor de cabeza que comenzaba a ser insoportable. Debería tomarse algún analgésico, sin embargo, no se movió de su silla giratoria y solamente, miró sobre su hombro a la persona que yacía acostada en su cama.

A su mejor amigo, con quien mantenía una relación sin nombre, porque así lo habían decidido.

Porque Gojō no era de estar con una sola mujer y ella, no tenía demasiado interés en establecer una relación seria con alguien; básicamente, amigos con derechos.

Sin pensarlo mucho, se levantó de la silla y se metió bajo las sábanas de su cama. Satoru no llevaba su cinta de siempre o sus lentes, teniendo sus ojos cerrados pero no por ello, estaba durmiendo precisamente; y como sabía que se trataba de Shouko, no había por qué alarmarse ni nada parecido.

Sin embargo, no esperaba que ella se pusiera sobre él y lo besara. Es decir, no era la primera vez que había besos y más.

Pero, no pensó que ella fuera a hacerlo ahora. Aunque, no era como que realmente le molestara en realidad.

(Aunque el beso sabía a cerveza).

El beso no duró más que 5 minutos, siendo Shouko la que parase y abriera los ojos, encontrándose con los cielo de él, que la miraba con atención. Como si esperasen algo (¿Algo cómo qué?).

Ieiri entonces, volvió a unir sus labios con los de él –sin apartar su mirada de él– y abriendo la boca, introdujo su lengua en su boca y sin esperar nada, empezó a recorrer los lugares y rincones de su boca –hasta donde su lengua pudiera alcanzar–.

Cuando su lengua tocó la de él, como invitándolo. Satoru pasó una mano por su nuca, enredando sus dedos en su cabello, cerrando los ojos; comenzando a participar en el beso.

Lentamente, Shouko fue cerrando los ojos también. Dejándose llevar.

(Ambos estaban enfermos y cansados, de este mundo en el que vivían.

–Posiblemente, ambos estaban apoyándose y dependiendo del otro también–.

Sin embargo...)

No había amor o un deseo por poseer.

(Sólo eran personas heridas por un pasado.

Tristes por la pérdida de su mejor amigo).

Pero...

Siempre que ellos se tuvieran al otro, todo podía estar bien. El mañana, podría estar bien.

Y aunque el amor no exista entre ellos, siempre podían tenerse el uno al otro.

(¿Verdad?)

-Traumada Taisho

Me duele mi cabeza y tengo sueño, déjenme ser.