Salí rápidamente de mis tres horas de Matemáticas despidiéndome de Fati, que iba a ir al casillero a dejar sus cosas, y me dirigí ansiosamente hacia el comedor… Moría de hambre, mas después de cuatro horas agotadoras de clase.
Cuando llegué, me senté o más bien me desplome en el banco de la mesa que siempre usamos en la hora del almuerzo encontrándome con Ian y Gael. Ian, sentado a mi derecha, tenía su rizada cabellera negra alborotada, con sus ojos azules destellando alegremente y su típica vestimenta que le hacía justicia a su cuerpo perfectamente trabajado mientras que Gael, sentado en frente mío, tenía su cabello de color caboa peinado de forma condenadamente sexy hacia un costado.
- Queridísimo Gael, sigo sin entender cuál es el sentido de que te peines si te vas a peinar aparentando estar despeinado…
- Queridísima Aline, nunca vas a entender la mentalidad masculina así que no vuelvas a preguntar – me contestó mirándome divertido con aquellos ojos verdes que te atrapan con una simple mirada.
- ¿Primer almuerzo y ya discuten? – Los dos nos giramos fulminando a Ian y el comenzó a reírse mientras comía un bocado de su manzana – Como sea, Ali ¿viste a Fátima?
- Después de tener tres horas de matemática creo que opto por el suicidio… Hay que aceptar las perdidas.
Mi amigo me miro con mala cara mientras volvía a concentrarse en su almuerzo. Sabía perfectamente que estaba enamorado de Fátima desde hace tiempo como también sabía que ella era lo suficientemente ciega como para no darse cuenta de ese obvio detalle. Le sonreí a Gael cuando me di cuenta que estaba pensando lo mismo que yo y seguimos conversando animadamente mientras continuábamos nuestro almuerzo.
Unos diez minutos pasaron hasta que vi como Fátima se sentó al lado de Gael y, con un suspiro, comenzó a comer. Parecía irritada por algo así que como buena mejor amiga le pregunte que le pasaba. Se limitó a dejar los cubiertos en la bandeja y sus ojos grises me dieron una mirada pocos amigos cuando me contestó.
- Resulta que, cuando dejé los libros de matemáticas en mi casillero, una persona que prefiero no mencionar se me acercó para preguntarme por vos ya que no te había visto en lo que iba de la mañana. No solo que su presencia era suficiente para irritarme sino que luego apareció la perra Kate con su séquito de plásticas y comenzaron a preguntarme si quería meterme entre los pantalones de la persona que, recordemos, no voy a nombrar para buscar ser popular en el instituto.
- ¡No me digas que iniciaste una pelea de chicas sin mi sexy presencia!
- Gael, si hubiera iniciado una pelea de chicas créeme que sus plásticos traseros no estarían entrando por la puerta en este preciso momento junto al señor sin nombre y el resto de los populares.
Abrí los ojos con sorpresa a la par que tragaba saliva. Mierda, no sabía si estaba preparada para verlo… Solía estarlo pero gracias a la ayuda de mi amada madre, estos dos últimos años ahora pendían de un fino hilo. No me di vuelta porque sabía perfectamente a que mesa se dirigían y esa quedaba unas cuantas mesas alejada de la mía y, si mis cálculos son correctos, él se sentaría en su lugar de siempre que, casualmente, quedaba frente a mí.
Vi pasar al grupo de populares por el rabillo del ojo y no me fue una tarea complicada el localizar su ancha espalda y su alborotado cabello rubio ceniza. Observe como caminaba junto a la perra Kate mientras los dos desprendían aires de confianza y de superioridad. Debía admitir que me molestaba verlo caminar así por el simple hecho de que sabía que él era completamente lo contrario pero, claro, para sobrevivir en el instituto siendo popular debías ser así o aparentarlo lo más posible y… ¡Rayos! Seth era un maestro del engaño.
A medida que los populares iban llegando a la mesa, se iban sentando. Trate de apartar la mirada rápidamente pero por algún extraño motivo no pude; tenía que comprobar si realmente el encontrarme nuevamente con aquellos ojos café, luego de evitarlos por dos años, iba a generar algo en mi interior. No tuve tiempo a reaccionar porque, a penas Seth se sentó en su lugar, subió los ojos para encontrarse con los míos y pongo las manos en el fuego de que si las miradas hablaran aquella me estaría gritando en ese mismísimo momento.
No fui capaz de apartar la vista porque veía la súplica en sus ojos. Joder, yo estaba excelente hasta que había visto las fotos el día de ayer… En ese momento supe que él había captado que algo cambió dentro de mí porque observe un amago de sonrisa en su cara pero rápidamente corrió la mirada porque la persona de cabellera castaña que estaba a su derecha lo comenzó a sacudir y, al ver que no obtenía ninguna respuesta concreta de su parte, dirigió la mirada hacia donde antes Seth estaba viendo. Unos ojos azul profundo se toparon con los míos y los reconocí inmediatamente. Era Brad, el mejor amigo de Seth, un mujeriego innato y, como típico cliché, los dos conformaban el dúo masculino más codiciado de todo el instituto.
Observé como Brad me dedicaba su sonrisa de casanova con la que engatusaba a cualquier mujer que se le cruzara por el camino y, de repente, se me vino a la cabeza una advertencia que me había hecho Seth hace unos tres o cuatro años atrás. Una advertencia sencilla que se suponía que era simple de acatar pero tenía el presentimiento de que, en ese preciso momento, había salido del anonimato para Brad y eso me iba a traer muchos dolores de cabeza.
Lo peor de todo es que, si eso sucedía, no sabía cuál iba a ser mi mayor dolor de cabeza: si Brad tratando de llevarme a su cama o Seth hecho una furia, por más de que no hablemos, porque rompí una tonta promesa que le hice tiempo atrás. Una tonta promesa que consistía, nada más y nada menos, en mantenerme alejada lo más posible de su mejor amigo. Una tonta promesa que en su momento no le encontré sentido a la seriedad del joven Seth pero que, hoy en día, me preocuparía por el simple hecho de que el ego y las hormonas habían hecho estragos en aquel muchacho de ojos azules.
***
¡Hola! ¿Como andan? ¡Espero que super bien! Como siempre, quería agradecerles por haber leido esta historia, sin ustedes estoy segura de que esto no seria posible.
Por ahora los capitulos son cortos pero proximamente comenzaran a ser mas extensos...
Mucho más que decir no tengo a parte de un millón de gracias!!
Abrazos de osos y besos miles, Pochi :)
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Enredos y algo más.
Novela JuvenilUna chica… Mejor dicho, una chica normal. Dos chicos… Mejor dicho, los dos chicos más populares y sexys del instituto. Uno de ellos desea conquistarla, el otro quiere recuperarla… Ninguno de los dos va a parar hasta conseguirla. Amor, enredos, amist...