• CAPÍTULO 24 •

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Olivia


El avión de los chicos está por aterrizar y me tiene de los nervios, le prometí a los chicos que apenas ellos llegaran a la ciudad hablaría con él sobre lo ocurrido, pero esperaba que tardaran más en llegar, no que llegaran en un par de días. El lado bueno de todo esto, es que podré salir a la calle tranquila, sin tener que preocuparme de ser vista con mis pequeños.

Por suerte, puedo estar tranquila y segura de que los señores Colón no le dirán absolutamente nada a él sobre mis niños.

Estaciono afuera del jardín de infantes, desabrocho los cinturones de Leah y Louis, caminamos a la entrada mientras ellos se ponen sus mochilitas, beso sus coronillas y me despido con la mano viendo cómo son recibidos por su profesora. Dejamos a los mellizos en su escuela para irnos a la escuela de Lucas, él simplemente se despide con un nos vemos luego y baja del vehículo para caminar hasta la entrada de su escuela.

Luego mamá pasa a dejarme a unas cuadras de mi trabajo, donde me compro un café en la cafetería de enfrente de las oficinas. Subo por el elevador hasta mi oficina, que se encuentra en el último piso, cercana a la oficina de mi jefe, el señor Stuart. La vista desde mi oficina era fenomenal, da una perspectiva completa de toda la ciudad.

La secretaria del señor Stuart, Kim, me trae otra ruma de papeles que debo de supervisar y verificar si están bien hechas las finanzas. Se despide con una sonrisa y cierra la puerta, dejándome sola con la enorme montaña de papeles. Eso tomará toda la tarde de seguro.

***

Ha sido un día agotador en el trabajo, por suerte me mantuvo distraída todo el día y evite pensar en nada más que no fueran ventas de libros internacionales. Mamá pasaría a buscar a los niños cuando terminaran sus clases así que no debía de preocuparme en llegar a tiempo. Me despido de mis compañeros mientras abandono las oficinas con dirección a la calle, específicamente, la cafetería de enfrente.

Es la peor hora para comprar algo, pero vale la pena. Por fin una mesa se vacía y corro a tomarla. Me siento y espero a que la camarera venga a hacer el pedido, mientras le escribo a mamá que quizá tarde en llegar a casa.

Muy pocas oportunidades para tomarme mi tiempo y por fin lo tengo. Mi momento a solas sin interrupciones e inquietudes sobre los demás. Solo yo.

Y bueno, ese señor que nos mira feo por quitarle el puesto.

Lástima, llegué primero.

La mesera toma la orden y corre a la cocina, están llenos a reventar y al parecer les hace falta personal. Pocos minutos más tarde, disfruto de mi café de vainilla junto a una dona de chocolate rellena de crema. Simplemente deliciosa.

Decido mirar en mi celular si ha ocurrido algo emocionante las últimas horas mientras estaba en el trabajo. Y que lugar más informativo que twitter. Ingreso mi cuenta y rápidamente comienzan a asomarse las últimas noticias. Sobre todo que, la famosa boyband CNCO a vuelto a su ciudad. Lo que me recuerda que deberé de hablar con él más pronto de lo que tenía planificado. De repente se me quitó el hambre.

Me termino el café y le cedo mi asiento al hombre que me miraba mal hace unos minutos y abandono la cafetería.

Espero a que pase el bus que pasa por casa pero ya han pasado mas de diez minutos y aún no ha pasado.

Dejaría todo... [Erick Brian Colón]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora