Capítulo 1: Efectos del Arrecife Oscuro

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Habían pasado ya muchos años, Slark solo sabia que tenia alrededor de , pero no le importaba, llevaba tanto tiempo encerrado que ni siquiera el tiempo importaba...
-¡Aaaaaaaaahhhhh!-
Lo único que importaba era seguir vivo, a veces se preguntaba si seguía siendo Slark o solo una parte de sí...
-Eh, eh..., eh, eh..., eh...- 
Mordió la carne con desesperación, hace un buen tiempo que no había encontrado comida, fue satisfactorio, pero sabia muy bien que no debe de comer mucho, sino será enviciado por su sabor...
-Ah..., hay que guardarlo, ¿no daguita?- 
Y sin demora empezó a arrastrar aquel pez, se parecía mucho a uno que había convertido en arma, a veces pensaba si era tan filoso como sus propias comidas, camino veloz y sigilosos por los pasillos del Arrecife Oscuro, y con cuidado llegó a su guarida, estaba camuflada por algas y la entrada no estaba por los costados, sino por el mismo techo, entro con algo dificultad y se llevo al pez consigo, tuvo que partirlo en 2 ya que no entraba en el agujero, al llegar primero había una habitación y un camino, pero Slark preparo este lugar con múltiples trampas, había otro camino que solo sabia él, y sin demora entro en otro agujero oculto a la vista, después de un rato de caminata al fin llegó...
-Muy bien pequeño pez, dormirás junto con los otros-
Prácticamente en donde estaba parado Slark se parecía a una carnicería que a un refugio, aunque claramente no había mucha comida más que alguna que otro pez, y este ya casi estaba siendo infectado por bacterias, Slark sintió como su estomago gruñía, pero ya había consumido lo suficiente según su horario de control...
-Lo siento amigo, pero no podemos darnos lujos, eso fue en otros tiempos-
Al decir esas palabras, pronto a Slark lo atacaron recuerdos, recuerdos sobre su antigua vida antes de entrar al Arrecife Oscuro, como comía todos los días banquetes, el dinero le sobraba, y como por una avaricia descontrolada termino siendo parte de un robo, no fue nada malo, peleo con un guardia profundo increíblemente poderoso, tanto que el combate termino en un empate, y después la conoció...a ella...
-Sirena, oh sirena..., ¿qué será de ti?- habló el Meranth con una tristeza
Sin embargo la vida nunca fue justa, y eso lo sabe muy bien el Rastreador Nocturno, ella era una guardia, y la verdad, no se llevaban tan mal, además este seria su único robo, no iba a hacer ningún otro más..., o eso el pensó...
-Ahhh..., la venganza fue más deliciosa de lo que pensaba...- dijo mientras afilaba su daga
Lo estafaron y lo endeudaron, sin poder hacer nada más, esos malditos que se podrían en dinero fueron los culpables, tuvo que recurrir al robo, pero no fue suficiente, así que tuvo que incurrir en el asesinato..., y esa fue su perdición, poco a poco, esto empezó a agradarle, la sangre de sus víctimas, la expresión de sus rostros al saber que esta será la última vez que verán la realidad..., fue muy increíble...
-Necesito más...- Slark se apresuró a salir de su refugio -¿dónde cazaremos el resto del día daguita?-
Llego a tan extremo que ya ni siquiera se dio cuenta que ya había pagado su deuda, no, ¡el seguirá torturando y destripando!, no se dio cuenta como sus habilidades de gladiador en la gruta de Crey se combinaban con su arte de asesinato y su niñez dura, esto ya sin contar la extraña habilidad que tiene llamada "Robo de Esencia", haciéndolo una máquina asesina; pero eso no era todo, Slark no era inteligente, sino astuto, su astucia era muy alta, tanto que tal vez rivalizaría al nivel de la inteligencia de un fundamental, pero el meranth solía no pensar mucho vanidosamente, exagerar no le da bien...
-¡Si, hoy nos daremos un tiempo para más víctimas!, ojala agarremos a uno grande, será muy delicioso- habló mientras salía de su refugio y volvía a los pasillos, listo para su siguiente cacería
Dentro de sus víctimas se encontraba una muchacha, hija de uno de los que los bastardos que lo metieron en esto, un collar suyo lo llevó hacia esos malditos, y sin demora procedió a darles una probada de su crecimiento, ofreciéndoles su respectiva gratitud...
-Oh, allí hay uno- susurro para sí
Y ahora esta aquí, en la prisión más peligroso bajo el agua, acechando a un pobre ser para que sea su siguiente almuerzo...
-¡Aaaahhhhh!-
Agarro al tiburón con fuerza, y luego en un movimiento rápido clavo un par de cuchilladas, justo en el corazón, después de una pequeña pelea y rasguños, el tiburón cayo al suelo muerto, Slark lo miró y levanto su daga, se lo llevo poco a poco, arrastrándolo al mismo lugar de antes donde dejaba su comida, se sentó en una roca que estaba por allí, devoró solo la mitad de su presa, sin embargo cuando terminó, se sintió vació...
-Ojala pudiera salir de aquí, si...si se me diese una segunda oportunidad, entonces estoy seguro que no acabaría aquí...- miro a su daga con tristeza, pero luego sonrió -pero son solo posibilidades, la realidad es otra, daguita..., yo...yo extraño aquellos momentos en los que tuve dinero y comida, casa y amigos, ¡oh sabores y placeres exquisitos y pegajosos!- se recostó y levanto su daga arriba de él, su sonrisa se mantuvo, pero su mirada se hizo más pesimista, volvió a suspirar cansado -yo...yo...ya me estoy cansando de luchar..., solo lucho para sobrevivir...para poder seguir vivo el día siguiente..., soy como un animal literalmente, ¿acaso...acaso vale...la pena seguir viviendo así..., ¡acaso lo vale, daguita, DIMELO!?-
Y esa misma pregunta se la hizo a si mismo aquel día, se quedo así por mucho tiempo, una y otra vez se preguntaba si de verdad valía la pena seguir viviendo..., y su respuesta la halló al frente suyo...miro a su daga y vio su reflejo, dio una sonrisa...
-No...no lo vale..., sobrevivir...no es lo mismo que vivir...-
Levanto su daga sobre su pecho, solo tenia que clavarla con fuerza y ya todo habría terminado, cerró los ojos...y presiono...
-...aaahhh........., ¿eh...?-
...nada, todavía seguía vivo, la daga no se había clavado ni siquiera un milímetro, trató nuevamente, y aún así no podía clavar la daga...
-¡Que contrariedad!, pude acabar con muchas vidas, sean inocentes o culpables, ¿y al final no puedo acabar con la mía?, tsk-
Slark se puso de pie, dio un suspiro largo, lento y cansado, era el momento de volver a pensar, y de nuevo reflexiono; la respuesta fue diferente, no, no quería morir, o al menos, no de esa manera..., dio una pequeña carcajada, luego volvió a mirar su daga, sonrió levemente...
-Entonces a esto se le llama el deseo de una muerte "digna", eh-
Se acerco a las presas que tenia y las partió en múltiples pedazos, encontró una bolsa y cuerda, lo usaba para recolectar comida si es que venia una buena cantidad de esta, lo cual ocurría casi nunca, dio unos retoques y la convirtió en una mochila, después procedió a trozar toda la carne que había conseguido hasta ahora, no dejo nada, ya que nadie volvería después de todo...
-Ja, ¿una muerte "digna" según mis normas entonces?-
Puso todo en su bolsa, algunas que otras dagas y se la amarró, dispuesto a ir a aquel lugar que le habían dicho, aquel lugar donde la muerte era una regla segura, ¿quién sabe que cosas encontrará?
-Entonces se muy bien que clase de muerte deseo, tu también lo sabes, ¿no daguita?-
Aquel lugar, en donde no hay comida, dicen que hay tesoros increíbles, dicen que hay grandes botines, pero a su vez hay terribles abominaciones...
-Una muerte "digna" para alguien como yo, y se donde encontrarla-
Los guardias profundos han tratado de ir a por esos tesoros, de la primera y única expedición solo volvió un brazo; actualmente muchos encarcelados entraron y pocos vuelven, de hecho siguen entrando ya sea por los tesoros, aventura, o una muerte "digna" según los criminales; justo lo que busca Slark para cerrar eternamente...los ojos...
-Es hora de ir...a las Cámaras Profundas del Arrecife Oscuro...-

Slark y los tesoros de SkadiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora