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La posibilidad de que fueran más de las ocho, era relativamente alta. Maito, había pasado por su departamento, hacía no menos de una hora con su habitual costumbre de arrastrarlo en busca de aventuras, esta vez acabó en una reunión de generación shinobi en el barbecue.

No obstante, era entretenido para Kakashi, reunirse con sus viejos conocidos antes de encontrarse con la pelirosa. Los nervios le inquietaban, no podía esperar para verla.

Una vez que pagaron la cuenta del restaurante, Hatake, fue muy ingenuo para pensar, que el pequeño proyecto juvenil de Gai, concluiría ahí, todo lo contrario, en un abrir y cerrar de ojos, en compañía de Shizune, Ebisu, Kurenai, Izumo y por supuesto Kotetsu, se dirigían a Bacchikoi.

«Estupendo, no podía ser más oportuno», pensó Kakashi.

—Dime, ¿cómo es posible que aún no hayas tenido una novia? —susurro Shizune, entrecerrando los ojos, recargándose sobre el albino.

—Shizune, deberías dejar de beber —dicho esto, Hatake, la tomo por los hombros empujándola con delicadeza, sobre su asiento.

—Discúlpala, se vuelve demasiado indiscreta cuando se siente en confianza, ¿verdad Shizune? —habló Kurenai—. ¡Cielos! Pasan de las nueve y media, debo ir a casa con Mirai, ¿estará bien si la dejo contigo? 

—Yo me encargo, me quedaré un rato más —dijo, quitando de su alcance el resto del sake que quedaba en la botella.

Algo dentro del albino, comenzaba a preocuparle, Sakura solo venía retrasada, ¿no? Quería creer que este era el motivo por el cual se demoraba tanto en llegar.

El comportamiento impredecible de Haruno, empezaba a convertirse en algo habitual, a veces solía ser como la brisa de la tarde en un día caluroso, te deslumbraba con su presencia unos segundos y desaparecía dejándote añorando por más.

Por otra parte, la joven Kato, volvió a acercarse peligrosamente al rostro de Hatake, Kurenai, tenía toda la razón, el respeto por el espacio personal, era algo que Shizune, perdía totalmente al estar bajo el efecto del alcohol.

Después de todos los movimientos torpes que llevaba haciendo, en el transcurso de la noche, la faja del kimono azulado con bordes blancos, que acostumbraba llevar, se aflojo un poco, dejándolo abierto, exhibiendo de forma sutil a la vista, una parte del escote de sus pechos.

—Si ibas a divertirte con otras mujeres, debiste ahorrarme la invitación —suspiro en su oído.

Kakashi, fue sorprendido desviando la mirada en el momento justo, se maldijo internamente por el acto tan indecoroso que cometió, debía ser que hoy se levantó con el pie izquierdo, pero el numero de coincidencias que le amargaban sus planes.

—Sakura-chan, ¿viniste a divertirte también? —habló la joven Kato, alejándose de golpe de la cercanía del jounin, haciendo que su kimono, se terminará de levantar, amenazando con mostrar de más a todos los presentes.

—Si, pero, no se preocupe Shizune-san, me iré a sentar por allá, no interrumpo más —le dedico una sonrisa de lado.

Antes de que Kakashi, pudiera detener a Haruno de alejarse de su mesa, debía hacer algo con la kunoichi que tenía nuevamente recargada sobre el hombro.








—¡Genma! ¡Te estoy vigilando! —Gai, hizo una mueca, al mismo tiempo que gritaba desde la mesa siguiente— No quiero verte intentando nada extraño, estás advertido.

Shiranui, simplemente hacía caras de fastidio, no entendía en que instante, se involucró en una situación tan embarazosa y por supuesto, que la pelirosa al lado suyo, se le estuviese insinuado en cada oportunidad, no ayudaba a que las amenazas de Maito, disminuyeran.

U n f o r g e t t a b l e.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora