¡Actúa sobria!

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Escucho a Kendall caminar detrás de mi. ¿Enserio acabo de follar en un baño-sucio-de-pub?¡Y con Kendall!!, joder. No estoy haciendo nada bien, todo gira a mi alrededor y nada está bien. Tengo que encontrar a Jenna, ella es la única que me puede sacar de esto. El roce que hacen mis jeans entre mis muslos es sólo un continúo recordatorio del increíble error que acabo de dejar pasar en el baño. Fue un maldito increíble error, ugh. ¿El sexo se siente así de bien o yo lo imaginé?¿es el alcohol o el hecho de estar en público y ser descubierta?, quizá la polla de Kendall es mágica. Es eso o el whiskey está tomando el control de mi cuerpo. Probablemente.
—Allie, ¿puedes detenerte?—la voz preocupada de el señor de la polla mágica hace mis pasos titubear. No te detengas, Allison. Mantén un pie delante del otro—. Allie, porfavor—hace el intento de tomar mi mano pero se detiene al mirar mis ojos. Así es señorito Kendall, esto es lo que soy ahora
—Eh—me detengo, su pecho chocando en mi espalda. Hipo un poco, sonrío y acaricio cariñosamente su mandíbula—, tu polla es mágica, chico. Sea lo que sea que te enseñarón en la cárcel, lo hiciste bien—hago un guiño exagerado y me pierdo entre la gente sudada en la pista de baile. Jenna, Jenna, Jenna. Creo que podría estar cerca de la salida, recuerdo escucharle quejarse de su odio a las multitudes. Busco a mi alrededor, pero todo lo que veo son brazos en el aire, bailes raros, gente casi follando. Me paro sobre las puntas de mis pies—, ¡Jenna!—es inútil, el sonido aquí es muy fuerte, me encojo de hombros—, ¡Jenna, Kendall me folló en el baño!—río tontamente—, ¡y creo que es probable que su polla sea mágica!—nada. Quizá se fue y me abandonó aquí. Me abro paso entre la gente, encontrando la salida, por fin. Empujo la pesada puerta, con el aire frío de la noche chocando en mi piel.
Muñeca, qué gusto volver a verte—hace su aparición entre las sombras. Oh no, el cerdo Austin. Uso mi máscara ruda, lo miro con mi barbilla apuntando alto. Espero que no se note que mis piernas tiemblan.
—Austin, ¿Marcie ya se aburrió de tu pene flácido?—le sonrío inocentemente. ¿Porqué estoy haciéndolo enojar cuando soy una chica sola en un callejón?, no lo sé, quizá estoy demasiado ebria para preocuparme.
Bufa, dando pasos más cerca, arrinconándome contra la pared—. Escucha, muñeca. Si yo fuese tú me trataría con más respeto, después de todo estás hablando con él matón que te llevará devuelta a tu amorosa familia—hace crujir su cuello, sonríe cuando sabe que mi corazón está en el suelo. No, no, no, no, no. Casi inmediatamente me siento mucho más sobria.
—¿Cuánto te dieron?, puedo darte el doble.
Se ríe—, ¿el doble?, eres una puta camarera, me sorprendería si ganas más que Marcie en una noche buena—sus ojos brillan con ira—. Ahora, puedes hacer otras cosas...—empuja su cuerpo contra el mío, aplastándome, lo siento arrastrando sus manos por todo mi cuerpo. Voy a vomitar, voy a vomitar, voy a vomitar.
—Allison—mierda, ¿trajo a otros matones?—, Allison, ¿quién es esté idiota?—giro un poco mi rostro y reconozco a Eddie acercándose a nosotros, el alivio me ayuda a respirar.
—Eddie...—Austin se aleja de mi, su ceño fruncido por la misión fallida. Eddie toma mi brazo, tirándome atrás de él.
—Como tú quieras, muñeca. Es una lástima que te pidan viva y sin ningún rasguño—lame sus labios observando lascivamente mi cuerpo, un escalofrío me recorre—. Que empiece el juego—sonríe, dejando el callejón. Somos solo Eddie y yo, se voltea y busca en mi rostro algún daño, pero estoy bien y se lo digo. Cruza sus brazos sobre su pecho, tan similar a su primo.
—Empieza a hablar si no quieres que mi primo se entere. Y sabes como es el hijo de puta cuando se trata de ti. Escupelo—gruñe. Trago saliva, no quiero a Kendall involucrado con mi familia otra vez. Quiero que Kendall esté bien.
—E-Eddie—aclaro mi garganta—, no creo que sea lo mejor contarte lo que pasa, de todas maneras ya debes hacerte una idea de lo que está por suceder—ya no puedo soportar su mirada juzgándome.
—No metas a Kendall en tu mierda, Allison, él acaba de salir de la cárcel por ti, no necesita esto—escupé hacia mi, asiento y espero a que se vaya. Mierda.
Vuelvo dentro porque no voy a dejar que Austin me atrape nuevamente, la música sigue igual de fuerte que antes y la gente continúa sudando, ignorando completamente lo que acaba de pasarme afuera. Mis jodidos padres me quieren de vuelta. Quieren mi cuerpo de vuelta, quieren venderme. Al padre de Kendall. Señor Black, el rey de la droga al otro lado de la ciudad. Después de que la policía se llevará a Kendall por mi culpa, actúe en contra de mis principios y me arrastré hasta la mansión Black, y le supliqué al padre del chico que amaba que hiciera algo. Y lo hizo, llamó a su legión de abogados, reducieron los años de condena. Eran quince años, y obtuvo tres, aún malditamente mucho tiempo. Ahora estoy huyendo, le debo a el Señor Black, igual mis padres. Estoy huyendo, mientras él lo permita, cuando decida que jugué demasiado con su paciencia, chasqueará sus asquerosos dedos y mandará a sus matones por mi. Entonces todo habrá acabado. Entonces Kendall será libre de mi. Entonces todo estará bien.
—¡Hey!, ¿dónde estabas?, te vi desaparecer con el chico enamorado hacia los baños—sonríe Jenna, bastante ebria hacía mi. Su sonrisa cae cuando encuentra mis ojos—. ¿Te hizo algo el cabeza de polla, Allie-Bean?, sabes que puedes decírmelo, vamos a encontrarlo, cortarle la polla y metérsela por el culo—engancha su brazo con el mío y tira de mi a través de la pista. Me inclino hasta su oído para que pueda oírme sobre la música.
—¡No pasó nada!, necesito un maldito wishkey ahora mismo—nos empujo entre la multitud hasta que llegamos a la barra, le indico al bartender lo que quiero.
—Lamento que el cabeza de polla te haga querer beber wishkey como un marinero—murmura Jenna, apoyando su cabeza en mi hombro, me abraza.
—Oye, te prohíbo estar triste por mi, ¿oíste perra?, si bebo wishkey es por que quiero arruinar mi jodido hígado, no por un estúpido cabeza de polla—río. El bartender deja mi wishkey junto a la cuenta.
—Estoy tan feliz, Allie-Bean, creí que lo amabas—murmura—, si amas a alguien van a romperte el corazón. Y si no amas al estúpido cabeza de polla, no te importará que se vaya a casa con cuatro perras siguiéndolo. Estoy tan feliz—ríe, sosteniéndose fuerte de mi brazo. Me tenso, bebiendo de un trago mi wishkey. Si me volteo, lo que voy ver me va a molestar. Busco en mi bolsillo el dinero y lo lanzo sobre el mesón.
—Nos vamos—tiro de la mano de Jenna y la arrastro hacía afuera.
—¡Dijiste que no lo amabas, Allie-Bean, mentiste y no le mientes a tu mejor amiga!—grita, atrayendo la atención del gorila sobre nosotras, le sonrío y empujo a Jenna delante de mi.
—Camina—gruño.
—Ahora estoy triste porque romperán tu corazón, como lo hicieron conmigo y duele taaaaanto, Allie-Bean, taaaaaaaanto—llora, tropezando con sus pies. Ruedo mis ojos.
—Sólo actúa sobria, porfavor—acaricio su espalda.
—Lamento que el chico cabeza de polla se fuera a casa con cuatro perras después de follarte en el baño—llora aún más fuerte, muerdo mi mejilla y aguanto la respiración. Me recuerdo que amo a Jenna y que es mi mejor amiga, no quiero golpearla, no del todo.
—¿Qué dijimos sobre actuar sobría?—su espalda se pone recta e intenta caminar por si misma, casi cayendo sobre su culo huesudo—. Oh por lucifer, Jenna, ¿podrías cooperar conmigo?—engancho nuestros brazos. Ella ríe histérica.
—¡Eres taaaaaaaan divertida, Allie-Allie-Allieeeeee!—chilla. Camino con mi mejor amiga arrastrándose por el suelo unas tres cuadras más allá cuando me detengo para descansar, porque Jenna puede parecer delgada pero jesús, me sudan hasta los párpados. Jenna se sienta en la calle y observa las luces parpadeando sobre nosotras. Una camioneta se detiene frente a ella y toca la bocina insistentemente, Jenna intenta levantarse pero vuelve a caer, la arrastro junto a mi, la camioneta nos pasa lentamente, cuatro chicas ríen en la cabina de atrás, en la de adelante, Kendall y Eddie. Aparto la mirada, cabeza de polla. Probablemente estaba en lo cierto cuando pensé que su polla era mágica, espero que caiga.—¡Oye chico amante—oh no, cierro mis ojos y espero a lo que dirá mi ebria amiga—, estás cuidando bien de tu gonorrea?—las risas en la cabina de atrás se detiene justo cuando la camioneta acelera a todo lo que da. No puedo creerlo.
—¡Jenna!—la regaño con la risa burbujeando en mis labios.
—¡Bah, se lo merecía el hijo de puta!—niega, poniéndose de pie—. Vamos a casa, mi culo se está congelando y quiero derribarme en ese lindo sofá tuyo—hago una mueca, sé que mi sofá es lindo. El tipo que me lo vendió me contó la historia que sus padres hippies tuvieron en él, es posible que él naciera ahí. Ew
—Mi sofá siempre estará disponible para ti, Ebria y sobria.
—Pfff—bufa—. ¿Si estuviera Ebria podría hacer esto?—levanta su top y enseña su nuevo sostén a cada auto que pasa. Bajo su top, tomando su brazo por el codo la arrastro hacia nuestro edificio.
—Definitivamente—murmuro.

 Kendall

—No quiero hablar de ello—gruño, apartando a Eddie de mi rostro—. Ve a entretener a tus coños y déjame en paz.
Eddie frunce el ceño, luego cambiando de táctica, me sonríe—. Puedes jugar con dos de ellas, si quieres—mueve sus cejas, le enseño mi dedo del medio, poniendo un nuevo cigarro en mis labios.
—El único lugar que mi polla va a tocar va a ser la vagina de Allison, o sus labios, o sus...—Eddie golpea la parte de atrás de mi cabeza—, ¡auch!
—Hombre, conozco a Allison desde hace veinte años—su rostro asqueado me hace darme una idea.
—También me conoces a mi—me encojo de hombros—. Sabes que la amo y no quiero a nadie más, ha sido así por los mismos veinte años—dejo salir el humo en la cara de mi primo—. Vete.
—Bien—gruñe, sube las escaleras de dos en dos. Cuatro chicas, silbo. Yo necesito sólo a una.

¿Qué mierda hice mal después del baño?, creí que estábamos bien. Pero cuando terminamos, ella no podía deshacerse lo suficientemente rápido de mi. Y luego estaba su amiga con lo de la gonorrea. ¿Allison piensa que mi polla está mal?¿Esos años en la cárcel me hicieron perder el toque?, aprieto mis ojos cerrados. No puedo dejarla ir. No cuando sé que algo va mal. No cuando mi papá decide contactarme después de años de ignorarme. 
Necesito volver a verla.

Bruises, Una secuela de Scars.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora