[ treinta y tres ]

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Betty se puso de pie y me miró fijamente. Ella parecía estar bastante enojada.

-Fue la película más horrorosa que vi en mi vida... y no quiero volver a verla nunca más- me dijo hablando rápido.

-No me pareció eso, cuando me pediste que volviera a ponerla- le dije sonriente.
Su boca y sus ojos se abrieron indignados.

-No puedo creer que hayas dicho eso- me acusó.

-¡Ya basta!- dijo Toni mientras se ponía de pie también. Yo también lo hice- ¡No entiendo nada de lo que dicen! ¡Ya me cansaron! ¡Arréglense, peléense! ¡Vayan a tener sexo por ahí, a ver si eso les quita lo insoportable!
Se fue fue dejándonos solos. Apreté los dientes ante lo último que había dicho Toni. Si ella supiera que ese es el puto problema.

-Quiero que te mantengas alejado de mí, porque si no vas a arrepentirte, ¿Escuchaste?

-Solo dime una cosa...

-¿Quieres saber si lo disfruté? ¿Si lo gocé? Sí, sí lo gocé, lo disfruté, eres toda una máquina lujuriosa... Pero no quiero volver a repetirlo- me dijo y comenzó a caminar para salir de la cafetería. Mis piernas tardaron un poco en responder a la orden de mi cerebro, para seguirla. Pero lo hicieron y corrí hasta alcanzarla.

-Solo quiero saber que demonios te pasa- le dije, mientras la tomaba con cuidado del brazo para que dejara de caminar- No entiendo porque actúas de esa manera.

-¿Qué? ¿Acaso quieres que siga alimentando tu ego?- me preguntó y soltó una leve risa irónica- Ya está Jones, lograste lo que querías conmigo. ¡Me acosté contigo! ¡Un aplauso para el señor, por favor!- dijo elevando su voz y aplaudiendo un poco- ¿Y ahora qué quieres?

-Yo... yo no lo sé- le dije perturbado ante sus palabras.

-Ahora que venga ma siguiente ¿verdad?- me dijo. La miré fijo a los ojos- Así es como funcionas y yo no pretendo cambiar eso.

-Quiero estar bien contigo Betty- le dije soltando un suspiro.

-Está bien, está bien, aquí no pasó nada... ya no quiero peleas, ni vueltas, ni enredos. Solo que ya no sigas... olvídalo, yo ya lo olvidé- me dijo.

-Pero si pasó... y yo no quiero olvidarlo... no puedo- dije bajando un poco más el tono de mi voz en las dos últimas palabras.

-¿Y qué quieres que haga?- me preguntó y vi como sus ojos se cristalizaban. Sentí una presión en medio de mi pecho- ¿Qué me acueste contigo cada vez que tengas ganas?
Apartó su mirada de mí, haciendo que me costara un poco hablar y hasta tragar mi saliva.
Con un poco de duda me acerqué a ella. Tomé su rostro con mi mani e hice que me mirara a los ojos. Sus ojos estaban poblados de lágrimas. Cristalinos y vidriosos.

-Para ser honesto eso... me haría muy feliz- le dije. Una lágrima no pudo quedarse en su lugar y resbaló fría por su mejilla. Aquella imagen me destrozó por dentro. Con uno de mis dedos la seque suavemente- Pero jamás te lo pediría.

-Ya no sigas más Jughead... aunque no parezca me haces daño.

-Yo no quiero hacerte daño.

-Entonces... ya déjame, por favor- me pidió y comenzó a salirse de mi agarre.
Lentamente comenzó a alejarse más y más. Hasta que estuvo lo suficientemente alejada de mí, se dio vuelta y comenzó a caminar por el largo pasillo. Yo solo me quedé ahí mirando como ella se perdía por el camino.
Pero ya intenté dejarte centenares de veces, Betts. Y cada vez encuentro una manera más espectacular para fallar. Soy un maldito cerdo egoísta.
El resto del día en la Universidad se me pasó lento y pesado. No había vuelto a ver a Betty por ningún lado.
Pero lo raro fue que tampoco volví a ver a Toni, ni a Verónica.
Archie me dijo que Verónica se había ido porque tenía que realizar unos trabajos con su madre, y de Toni... bueno de ella no supe nada.
Llegué a mi departamento y tiré las llaves sobre ma mesa, para luego entrar al baño. Me duché y salí para acostarme un rato para descansar. Tome el control y prendí la tele. Sentí unas voces provenientes de afuera y el sonido de una llave. Apagué la tele y me escondí detrás del sillón. De seguro esa era Toni y venía en compañía de alguien.

Peligrosa Obsesión| Bughead Donde viven las historias. Descúbrelo ahora