Capítulo 9: Quien fuera

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Corazón obscuro,
Corazón con muros,
Corazón que se esconde,
Corazón que está dónde,
Corazón en fuga,
Herido de dudas
De amor.

💭

Arreglar las cosas con Beka no fue tan difícil como pensó, pues al día siguiente, el domingo, estuvo enviándole videos de gatitos desde las ocho de la mañana para llamar su atención. A las nueve ya estaban hablando de cosas cotidianas, riendo con los videos de gatos tocando el piano, al medio día Otabek estaba ya en la casa de Plisetsky para continuar con el juego pendiente de playstation. Aunque, claro, ninguno de los dos se salvó del interrogatorio.

— ¿Qué tal tu cita con Mila?— Yuri estaba tirado sobre el sofá, apoyando parte de su torso sobre el kazajo, quien veía concentrado el juego.

— Nada extraordinario, fui a su casa, vimos esa serie que todos ven.— Yuri pega un salto al ver como alguien aparecía de la nada, casi matándole.

— ¡Puta madre!

Ambos jóvenes escuchan la voz de Nikolai, regañando a su nieto por las malas palabras. Otabek ríe por lo bajo, mientras Yuri pide disculpas, siguiendo con su juego.

— ¿Cuál serie? ¿Esa de los zombies?

— Nah, una nueva, no sé, no vi mucho.— Yuri mira a su amigo con una ceja alzada, estirándose para alcanzar los dulces que estaban en la mesa junto al sofá.

— Ya, me imagino por qué.— Otabek deja de lado el control, mirando divertido a su amigo.

— ¿Qué estás pensando?— El rubio regresa a su posición inicial, viendo a la pantalla.

— Nada especial, estoy ocupado matándote.— El moreno mira desconcertado a su amigo, percatándose luego a que se refería al juego. En efecto, Yuri mató a Otabek mientras este estaba distraído.

— ¿Qué tal tu cita con Leroy?

— No fue una cita, idiota, solo fuimos a tomar un café y luego a patinar en hielo, eso es todo.

— A mi me parece muy romántico.— El rubio se sienta recto en su lugar, mirando ceñudo a su amigo. Otabek mantiene su expresión serena, aunque Yuri le siente algo distante.

— Quizás sí fue algo romántico.

🌹

Los días pasaban tranquilos, los amigos seguían con sus rutinas, los almuerzos con los demás, los fines de semana para ellos. Otabek dividía su tiempo entre obtener buenas calificaciones, tratar de no morir pensando en el futuro y tratar de dejar la paranoia con Yuri. Y es que el rubio cada vez se veía más cercano a Jean, salían algunos fines de semana, los recesos los pasaban juntos, hablaban por mensajes, incluso cuando era su fin de semana de amigos Plisetsky tenía el teléfono en su mano para chatear con el canadiense.

Era un poco jodido.

Quizás era inmaduro, pero Otabek se sentía reemplazado.

Yuri, por otro lado, solo podía sonreír cuando le preguntaban por Jean. Es que, no sabía como definir lo que tenía con el canadiense, pero no le molestaba en lo más mínimo, porque podían abrazarse a veces, enviar cosas cursis, salir al cine o simplemente estar horas y horas hablando. Era lindo, no tenía otra definición. Aunque nunca admitiría eso frente a sus amigos, porque Yuuko podía ser tan molesta, al igual que Otabek, quien siempre terminaba molesto en cuanto Yuri mencionaba a su amigo.

Es cierto que Yuri no ha presentado a Jean ante sus amigos, pero eso no tendría por qué molestar a Beka, él no le ha presentado a todos sus amigos, el equipo de hockey, por ejemplo.

Hijos Del Peligro [otayuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora