Capítulo 11 : Llanto de un Motor.

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Observé a Jimin con atención, se veía tranquilo, como si no hubiese hecho nada pero era obvio que fue quien lo hizo. Caminé cerca con pasos firmes, la conversación que alcance a escuchar solo me confirmó lo que ya sabía.

—Creo que TaeHyung todavía sigue en la enfermería, ¿Qué vamos a hacer? —la voz de Jennie fue lo primero que escuché.

Estaba apoyada sobre la mesa de Jimin, Jimin tenía su mentón apoyado sobre su palma y mantenía sus ojos cerrados.

—¿Por qué saliste corriendo de esa manera?, No es tu estilo asustarte.

—Cierra la boca, Jennie. —Jimin soltó un bufido.

Termine de acercarme a ellos, Jimin volteo a verme con un rostro serio, hice un movimiento ligero con la cabeza para indicarle que me siguiera, me di la vuelta y comencé a caminar fuera del salón de clases, no me detuve a checar si Jimin estaba siguiéndome o no, yo sabía que en definitiva me estaba siguiendo. Caminé por los pasillos con pasos tranquilos hasta que salí del plantel, una vez afuera me dirigí rumbo a las piscinas, mis pasos fueron más rápidos cuando escuché el sonido de los pasos de Jimin sobre el pasto y hojas de árbol crujientes por el sol.

No fue hasta que llegue a las piscinas y me recargue frente a esta con los brazos cruzados que decidí ver a Jimin.

—JungKook, no voy a disculparme. —La voz de Jimin fue firme, sus ojos se mantuvieron sobre los míos cuando hablo.

—No estoy intentando que pidas disculpas, en primer lugar, TaeHyung no es mi chico.

Jimin me observó con una ceja arqueada.

—¿Entonces por qué estás tan preocupado?.

—¿Y tú?, ¿Por qué estás tan enojado?. —Crucé mis pies mientras seguía apoyado contra la pared, metí mis manos en los bolsillos de mi pantalón y observé a Jimin cuando se dio la vuelta para darme la espalda. —¿Qué es lo que te hizo TaeHyung?.

Jimin se encogió de hombros ligeramente, no volteo a verme cuando volvió a hablar:

—Nada... ¿No te has enojado alguna vez sin una razón?, Cada vez que veo a ese chico, pierdo el control. Él no es tan débil como tú piensas, créeme, lo sé.

Una sonrisa burlona apareció en mis labios, no me detuve apenas Jimin se quedó callado, hablé:

—Debe ser muy fuerte, es decir... Para que tú no hayas podido ponerle una mano encima. Estoy bastante impresionado.

Jimin se giró para verme con la mandíbula apretada. Sabía que había caído, era obvio que iba a caer con cualquier pequeña provocación.

—No te burles de mí, esta vez solo fue una amenaza pero, quién sabe lo que puedo ser capaz de hacer la próxima vez.

Ladeé la cabeza hacia el lado izquierdo mientras seguía viendo a Jimin, algunos mechones negros se interpusieron en mi visión pero no fueron una gran molestia, sonreí de medio lado mientras le veía.

—Eso está bien. —Mi voz fue tranquila y desinteresada al hablar. —Haz lo que quieras. —Me encogí levemente de hombros. —Lo vengare matandote.

El rostro de Jimin se quedó estático en una expresión facial sorprendida, después, una sonrisa burlona se extendió sobre sus labios.

—¡Qué tontería!, No serías capaz de hacer eso, JungKook.

—¿Por qué no?

La sonrisa de Jimin se tensó en su rostro, sus ojos observaron cada pequeño centímetro de mi rostro, trago saliva y volvió a hablar:

🅼ars [El Dios de la Guerra] 無。Kookv Donde viven las historias. Descúbrelo ahora