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***
___ leía a escondidas en una habitación apartada de todo, nadie subía ahí ya que ella misma inventaba historias para que los niños no entraran a molestarla, era... su pequeño escondite.
La habitación era pequeña, estaba muy desordenada y llena de polvo, como era de noche, estaba iluminada por una pequeña vela, que proporcionaba la luz suficiente para poder leer tranquilamente.
Un pelinegro con cara de pocos amigos abrió la puerta sin hacer ruido, pero esta chirrío e hizo que la peli___ se sobresaltará.
Ray: ___? Que diantres haces aquí?
___: Ray! Creí que eras Mamá, que susto por dios!
Ray: No responde a mi pregunta. Que haces aquí?
___ Quedó un rato callada, y se pudo diferenciar un pequeño sonrojo en sus mejillas.
___: Estaba leyendo...
Ray: Leyendo? Pero si te burlas de mi por leer todos los días!
___: Yo... Quiero sacar las mejores notas! Como Norman, Emma y tu! No quiero ser una secundona toda mi vida!
Ray: ...
Te habías levantado de golpe, y no sabías como reaccionar, dejaste el libro a un lado y te acercaste al azabache.
__: Quiero ser como tu...
Ray te agarro de la camisa blanca y acercó sus labios a los suyos, fundiéndose en un suave beso. Aunque tenían once años, que más da? Se sentían lo suficientemente mayores para hacer eso, y mil cosas más.
El azabache bajo su mano derecha a tu cintura, atrayéndote más hacia el, tu posaste tus manos sobre su pecho, dejándote guiar por el amor.
Os separasteis, pero no por falta de aire, si no porque necesitabas hablar.
___: R-Ray... yo, no...
Ray: No quieres ser como yo?
___: S-Si... Pero!
Ray: Entonces déjame ser tuyo esta noche
Un cosquilleo recorrió tu cuerpo, nada, absolutamente pasaba por tu cabeza, y al ir a volver a hablar, te volvió a besar, una y otra vez, cada beso con más pasión que el anterior. Subiendo la temperatura de tu cuerpo.
