DANIEL
La espera hasta entrar al despacho del médico para saber cómo ha pasado la noche Leta se hizo eterna.
—Buenos días, soy el Doctor Maiño y este es mi compañera la Doctora Cano
Les saludamos con un apretón de manos.
—La situación de Violeta es muchísimo mejor que ayer. Teniendo en cuenta que entró en quirófano bastante débil. Las transfusiones han funcionado y ha pasado la noche estable, solo con molestias leves y con dolor debido a la operación y a una fisura en la costilla.
—¿Cuánto tiempo estará en la UCI?
—No creo que vaya a necesitar más tiempo. Si los análisis son favorables, la subiremos a planta hoy a lo largo del día. En la UCI hay mucho ruido y le ha costado bastante dormir.
—Eso son buenas noticias.
—Estamos muy sorprendidos. No contábamos con que sobreviviera a la operación. Es muy fuerte. El problema es que con la lesión de la costilla no podemos hacer mucho. Solo se solucionará con reposo, quizá usando una faja, pero es algo largo y doloroso.
—Intentaremos que no se mueva.
—No podrá. El cuerpo es muy sabio y el dolor nos pone límites a todos. Ahora les dejamos para que pasen a verla. Tienen cara de preocupación. Pero que sepan que tienen como familiar a una luchadora.
Agradecimos la atención y pasamos a la enorme sala llena de camas con enfermos de y familiares cerca de ellos. Reinaba el ruido de los aparatos médicos, los pitidos de las máquinas y los monitores. Leta tenía una vía que va inyectándola calmantes. Estaba muy guapa, pero bastante pálida.
—Hola, vaqueros —Leta y sus saludos, me encantaba—
Besé en su frente y acaricié su pelo. Martin le dio un beso en la mejilla.
— ¿Cómo te encuentras, cariño? —pregunté—
—Estoy mejor, deseando volver a casa. —Su voz sonaba fuerte, pero aún está bastante pálida.
—No tan rápido, mamá.
—Martin, no pienso morirme aún, puedes ahorrarte lo de mamá.
— ¿No te gusta?
—Me encanta. Pero lo que más me gusta es sentir que eres mi hijo. Los sentimientos y las acciones hacen mucho más que las palabras.
—Adoraba a mi madre, tú lo sabes. Pero hoy por hoy, tú eres mi madre. Te quiero mucho Violeta.
A ella se la llenaron los ojos de lágrimas y le acercó la mano a Martin para coger la suya.
—Soy una llorona, no tengo remedio ¿Cómo están los enanos?
—Un poco revolucionados, ya sabes como son. Hoy el abuelo los ha llevado al campo y les ha prometido que les dejará subir al tractor esta misma tarde, imagínate.
—Esta tarde vendrán Adele y Jasmine. Me han llamado de todo por repetir hoy visita.
—A lo mejor, esta tarde ya me suben a planta. Sería genial. Necesitaré mis notas y mi ordenador, por favor.
— Me ocuparé de que traigan todo. Os dejo solos. Tengo que volver con Jas.
—Te quiero.
—Y yo.
Le cogí las manos y la besé en la boca, un roce rápido que me dejó saborear sus labios.
—No has dormido nada ¿verdad?
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COSECHARÁS CORAZONES
ChickLit¿Y si la vida nos diera la oportunidad de recuperar a la persona que nos amó más sinceramente?