—...Y la pregunta que nos hacemos todos, llegados a este punto, es: ¿Qué ha sido de Los Vengadores? ¿Quién se encargará de defendernos ante las amenazas que nos acechan? ¿Y a qué espera la ONU para emitir una orden de busca y captura contra Spider-Man?
La frente de Johan Jameson lucía ligeramente fruncida, con tres marcados pliegues cuyas separaciones se mantenían en la sombra, escondidas de los focos que apuntaban hacia él en el plató del informativo.
Stark se llevó la taza humeante de café a los labios, dejando entrar dos o tres gotas, demasiado calientes, que le abrasaron la lengua.
Sin embargo, no mostró señal de dolor alguno. Sus ojos permanecían clavados en la televisión que colgaba de la pared.—No hay que atar muchos cabos para darse cuenta de que Spider-Man fue la voz disidente durante los Acuerdos de Sokovia. Seguramente influyó en las decisiones tomadas por el Capitán América, y llevó a los Vengadores al declive. Hay que ser necio para no verlo. Señoras y señores, debemos tomar conciencia de...
Apagó la televisión, y dio un mordisco a conciencia a su donut de chocolate, llevándose la mitad en el acto.
—FRIDAY, anota en mi lista de tareas pendientes: "degollar al señor Jameson"
—Entendido, señor Stark.
Nunca había sido un gran fan del dolor. A decir verdad, Tony siempre lo había ocultado con capas y capas de mierda, traducidas en forma de fiestas llenas de excesos o directamente con un panel de arrogancia protegiendo sus cuatro costados.
No esperaba sentir, a sus cuarenta y cinco años, una enferma fijación por obtener dolor, regodeándose en el fango sediento de una infinita necesidad de fustigarse.
Lo hacía a través de la prensa, leyendo los periódicos todos los días y sentándose a mirar las noticias.
Y lo hacía porque sabía que vería su rostro por todas partes.
Steve, Steve, Seteve...
Todo el mundo se preguntaba dónde estaba el Capitán América, y muchos eran reacios a considerarlo un enemigo a batir.
Tony podía pasarse la mañana navegando por internet. Perdía horas fructíferas leyendo todo tipo de prensa, y gastaba las horas nocturnas contemplando programas de televisión, ya fueran Late Nights, donde usaban la situación como un gag cómico, o programas del corazón donde se inventaban mil y un rumores sin necesidad de pruebas fehacientes, y debatían hasta la extenuación la bondad o maldad de la celebridad.
Eso era lo de menos. Lo que importaba era que lo mencionaban. Mostraban fotografías. Reproducían vídeos donde él era el protagonista.
Steve, Steve, Steve...
La atención mediática, tan focalizada en el héroe nacional, había dejado en el olvido a una figura que acechaba en los recónditos rincones de la mente de Stark: James Barnes, el Soldado de Invierno. El verdadero responsable, a su parecer, de haber roto la unidad de los Vengadores.
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TÓXICOS (Starker)
FanfictionTony Stark queda destrozado tras el abandono de Steve después de la Civil War. Su recuerdo le atormenta día y noche, desesperado por volver a recuperarle, cuando un tímido y alegre muchacho, reclutado un mes antes para la pelea en Alemania, reaparec...