Bajo del cielo una noche en completa oscuridad iluminando el cielo de un verde fosforescente, todos lo vimos precipitarse al lago y hundirse en las aguas, tiñéndolas de su color singular, el primero en llegar fue Juan el presidente municipal con sus 4 compinches, para ellos el espectáculo era sorprendente, temerosos cuchicheaban entre ellos lo extraña de la situación, sin dudarlo Juan saco de su camioneta una botella vacía de cerveza Victoria, se la dio a Rogelio
- ¡Toma, llénala! - la cara de Rogelio lo dijo todo estaba aterrado
- ¿yo?, pero no sabemos que está pasando podrían ser desechos radioactivos o algo peor- un silencio incomodo los rodeo antes de que el presidente se riera tan alto que todos se sorprendieron
- Ya muchacho mete la mano y deja de lloriquear ¿acaso eres marica? – le golpeo el pecho con el envase y se dio la vuelta para dejarlos solos – Voy a hacer una llamada ¡Te lo encargo Rogelio! –
Media hora antes del impacto
-¿Qué les dijiste a tus papás? – bajo una noche tan obscura 2 novios pasarían desapercibidos en un lago tan grande
-Nada, que les voy a andar diciendo – se quitaban la ropa listos para entrar en el agua cálida por el verano, Omar se adelantó sumergiendo todo su cuerpo de un clavado – Me toca a mí – Ameyal entro poco a poco sintiendo el agua tibia en su cuerpo
-¿Cuánto tiempo tenemos? – Omar se acercó a ella para besarla
-No el suficiente – se besaron un instante y empezaron a nadar – Lo necesitaba, gracias por venir a acompañarme – se recostó para flotar mirando el cielo nocturno
-Tenemos que salir de aquí, de este pueblo y largarnos a la capital. Podría estudiar robótica y tu lo que sea que quieras –
-No quiero pensar en eso por ahora, sinceramente no me imagino mi vida lejos de este lago, todo lo que conozco está aquí – se mecía boca arriba con los brazos agitando despacio el agua
-Nunca quieres tocar el tema – suspiro – Pero esta bien, tengo que decirte algo –
-¿Qué es eso? –
señalo al cielo cubriéndose la cara para evitar que la luz le dañara los ojos, Omar levanto la cabeza para saber de lo que hablaban, una esfera de luz enorme se acercaba a ellos a una gran velocidad, los dos muchachos entraron en pánico empezaron a nadar, pero era seguro que no llegarían a la orilla antes de que eso los aplastara. Un zumbido hizo que se detuvieran lo podían sentir debajo de ellos como una ballena, se detuvieron.
-Ameyal – dijo Omar mirando en todas direcciones buscando.
-Aquí – Ameyal estiro el brazo para poder tomar su mano – ¿Lo sientes? - las vibraciones por el sonido mecían las aguas más y más rápido.
El agua se agito intempestiva, parecía un remolino de aire. Los novios se abrazaban, pero el viento y el zumbido les herían, la fuerza del agua era más violenta levantando grandes olas, una luz verde iluminaba todo como si fuera de día y el calor aumentaba.
-Tenemos que salir de aquí – grito Omar
-Nos arrastrara al centro, es demasiado fuerte –
-¡Hag! Esta caliente – miedo, cada fibra su cuerpo lo sentía
-El cielo – Ameyal lo vio y se grabó en la pupila el verde que la consumía, los labios de Omar se movieron, pero no pudo escucharlo y de pronto, nada.
La casa junto al lago
Julio estaba a la mesa con su familia, había estado trabajando todo el día con su papá en el lago pescando mojarra y ya quería irse a dormir, la sobre mesa fue monótona y aburrida claro aquí nunca pasaba nada.
-¡Papá papá! – Alejandra entro corriendo, una niña de apenas 8 años su hermanita menor
-Estamos comiendo – grito desde la mesa, la niña llego agitada corriendo y llorando
-Hay algo afuera algo verde – se miraron un momento y pensaron en lo mismo el narco esas tierras eran amenazadas por el grupo armado y mas peligroso de la región, el temor de ser los siguientes les lleno el estomago y se levantaron sin preguntar
-Ale, quédate aquí y escóndete, Julio trae el dinero – Julio asintió y corrió al pozo detrás de su propiedad
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nacidos para ser esclavos
HorrorEl terror a enfrentar lo verdaderamente desconocido