Capítulo 28

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Rondemio estaba frente a la puerta, viéndola con asombro durante un momento, antes de reír un poco.

"Esto sí que es una sorpresa" su sonrisa idiota era molesta "Ya comenzaba a preocuparme por Kenneth, pero parece que está bien..."

Latte juntó las cejas, incómoda al adivinar lo que pensaba el rubio.

"No es -" él la interrumpió.

"Tranquila" levantó las manos a la defensiva, bromeando "No tienes que decirme nada, yo entiendo."

Era un idiota.

"No, no entiendes. Yo no-"

"Relájate, no los acusaré" parecía que ni la escuchaba "El vigilante está abajo, así que tendrás que tirarte por la ventana" sin permiso, inspeccionó desde la puerta la habitación "Parece que Kenneth ya se fue, así que vendré luego."

Se despidió con un guiño y se fue tranquilamente.

Hacer un escándalo para aclarar el asunto solo podría hacer que las descubrieran y eso sería problemático para Macchi, así que solo cerró la puerta.

Aunque le molestara, le era indiferente lo que pudiera creer Rondemio. Luego hablaría con Kenneth para que él se lo aclarara y, de paso, presionaría un poco para que al fin respondiera la confesión.

...

Tras salir como su amigo les había dicho, cada una volvió a su respectivo piso en los dormitorios. Respiró profundo antes de intentar entrar por las buenas, probando si el picaporte giraría; sin embargo, sin ser realmente una sorpresa, no logró nada.

Presionó el hueso de su nariz para encontrar su paz interior y no comenzar a patear la puerta para tirarla.

Afortunadamente, antes de llevar a cabo su plan de destrucción, una chica de su carrera que pasó la ayudó a abrir usando una tarjeta.

Tenía que aprender ese truco.

Le agradeció y entró. Se contuvo de gritar cuando se encontró con un desastre en su lado de la habitación; algunos libros en el piso y mucha de su ropa también esparcida por todos lados.

"Muy madura..." susurró entre dientes recogiendo sus cosas.

Algo tenía claro: no podía quedarse ahí ni un momento más.

Solo quedaban tres días de semestre y ya había concluido con algunas materias, así que podía volver a casa, aunque le tomara una hora en trasladarse de un lugar a otro.

Entre el desastre, halló su cargador y conectó su teléfono mientras ordenaba sus pertenencias preparando las que se llevaría de una vez y dejando de lado las que eran demasiado trabajosas de mover en ese momento, así que lo haría en las vacaciones junto a un urgente tramite de cambio de dormitorio.

En su búsqueda, se dio cuenta que su portátil no estaba en la habitación ¿Acaso la loca la había arrojado por la ventana? Solo por si las dudas (porque si la creía capaz), revisó que no estuviera esparcida en el suelo bajo su ventada, afortunadamente no había nada ¿Dónde estaba entonces?

Cierto, el pánico de ayer la había hecho salir sin guardar algunas cosas en su bolso antes de salir huyendo, pensando que peligraba su amiga.

Debió mejor sentarse en un rincón con palomitas y disfrutar la película de terror.

La Masacre de Ingeniería.

Se cambió de ropa y cuando su teléfono llegó a un porcentaje decente lo desconectó y encendió; no esperaba la gran cosa, normalmente solo recibía notificaciones sin importancia como mensajes de noticias o propaganda.

Is she a Bridesmaid?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora