One-shot

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"Jefe en pañales" no me pertenece, yo escribo por mera diversión.
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El cielo aún se encontraba teñido por la oscuridad de la noche y las estrellas cuando, de pronto, unos fuertes golpes despertaron a Tim a las cinco de la mañana.

El castaño abrió los ojos sobresaltado, miró hacia los lados asustado por el repentino ruido, bastaron un par de segundos para que dedujera de donde provenían esos golpes: alguien estaba tocando su puerta.

Ya un poco más relajado y despierto, parpadeó con confusión repetidamente, se estiró un poco y un bostezo escapó de su boca. Perezoso y con leve molestia buscó sus gafas, tras encontrarlas se las puso y dio un vistazo a su alrededor, su habitación seguía a oscuras tal y como antes de irse a dormir, ni siquiera había amanecido.

Nuevamente los golpes se hicieron escuchar, Tim por un momento pensó que quienquiera que estuviera tocando su puerta desistiría después de unos minutos sin obtener respuesta de su parte; sin embargo, al contrario de lo que creyó, los golpes se oían cada vez con más frecuencia y con más fuerza.

Sintiéndose molesto soltó un suspiro y, tras posar su mirada en el despertador, frunció el ceño con extrañeza después de ver la hora. Era demasiado temprano.

—¿Quién diablos puede ser a esta hora? —masculló enojado por tener que levantarse temprano en sábado.

Se encaminó a la puerta mientras arrastraba los pies con desgano, y conforme más se acercaban sus pasos al origen del sonido, le parecía que la persona en su entrada tocaba con más insistencia.

—Ya voy, ya voy—refunfuñó el castaño con la irritación latente en su voz. Quitó los seguros de la puerta y, sin tomarse la molestia de fijarse a través de la mirilla quién estaba del otro lado, abrió con la intención de reclamarle a quien sea que le estuviera molestando tan temprano en fin de semana.—. Puedo saber qué diablos quie...?

La pregunta quedó suspendida en el aire cuando al mirar hacia enfrente se encontró con su hermano.

Abrió los ojos con sorpresa, el sueño que hace segundos sentía se desvaneció en el momento en que vio mejor al rubio: este con expresión seria vestía traje en plena madrugada, lo cual era raro porque hace mucho dejó atrás el hábito de vestir trajes todo el tiempo; y aun así eso no era lo único que confundía y sorprendía a Tim, sino que Theodore sostenía un ramo de flores que le extendió de inmediato apenas le abrió la puerta.

El mayor frunció el ceño con extrañeza, no entendía a qué se debía su presencia ahí. Un suspiro se le escapó de manera cansada a la vez que se sostenía el puente de la nariz. De la forma menos ruda posible trató de mirarle de vuelta.

—¿Qué diablos haces aquí?, son las cinco de la mañana. —aunque su intención no era ser demasiado hosco con su hermano, no pudo evitar que su tono de voz hiciera que su pregunta sonara áspera.

Por su parte, el blondo pareció no notar eso o quizás solo decidió ignorarlo, así que una vez más le volvió a ofrecer el ramo. Tim le dirigió una mirada confundida que le exigía una explicación, el menor insistió una vez más en que tomara las flores. Al sentir que no le quedaba de otra más que aceptarlas, el castaño las cogió y volvió a posar su cansada mirada en el otro.

—Theo, te hice una pregunta. —volvió a insistir, necesitaba que le diera una respuesta ya o se daría media vuelta y le cerraría la puerta en la cara para volver a la cama.

El chico con traje le observaba de manera extraña, Tim no sabía qué significaba la mirada que le dedicaba, la situación comenzaba a crisparle.

—Feliz cumpleaños, Timothy. —dijo Lindsey de pronto.

Promesas ||The Boss Baby||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora