Capítulo 3.

334 15 0
                                    

No ha sido una semana muy agradable para Franky. De hecho, a sido como revivir viejas pesadillas. El saber que lo más probable que el día del partido vea a Áfrika le causa una mezcla extraña entre dolor y alivio. Sabe de sobra que volver a verla después de tantos meses será algo difícil de soportar. Más si cabe si la ve en la boca de ese novio que dicen que tiene. Volver a verla será revivir todos esos meses juntos, y todo el dolor que ella le causó. Pero también todo lo bueno que le aportó. Y lo que él más teme, verla de nuevo será enfrentarse a sus sentimientos. No ha dejado de quererla. Ni después de tantos meses, ni después de saber que ella ya es de otro. Ni tan siquiera después de besar a Ana. Muchas dudas, y pocas respuestas. ¿Ella lo mirará? ¿Le dirá algo? ¿De verdad está con ese chico? Son cosas que pasan fugazmente por su cabeza, y que prefiere ignorar. Sus amigos saben de esto. Y saben lo que ocurre con Ana. Todos le dicen que se centré en el partido, que se olvide de ella. Que no merece la pena. Que ahora tiene a Ana. Que ella es muy buena niña, y le quiere. Franky dijo que aquel día que él la acompañó, no pasó gran cosa. Solo tontearon un poco, nada de besos. Ni tan siquiera a Dani le ha contado la verdad. Es innegable que algo siente por ella. Lo que no queda claro que es exactamente, y en que cantidad. Después de cada entrenamiento, Franky y Ana se van de la mano, ya que él decidió acompañarla cada día a su casa. También no se puede negar el hecho de que ella empieza a enamorarse de él. Cada día en su portal son ya costumbre los besos, y los mimos por parte de Franky. Él la trata con mucho cariño, pero siempre en la intimidad. Tal vez como aun quisiera tratar a Áfrika. Cuando hay gente conocida alrededor, suele ignorarla. Como si tan solo fueran dos simples conocidos. Franky se excusa en que no son nada, que con el tiempo ya se verá. Que las prisas no son buenas. Cada intento de Ana de sacar el tema de cuando serán algo más de lo que son ahora, o de que son exactamente, son evitados de forma muy exagerada por él. Y aquí no hay más excusa que Franky quiere empezar un nuevo futuro, pero sigue atado a su pasado. Sabe que el día del partido muchas preguntas serán resueltas. También sabe que todas esas respuestas pueden que no sean las que él espera, y que alguna le puede explotar en el corazón. Sea como sea, no afronta el día como debiera. Arrastrando un poco el alma nada más despertarse, mira el móvil, y ve que Dani le ha dejado un par de mensajes. Tan solo le dice que antes del partido irá a su casa a recogerle, y que quiere tener una charla con el de cosas muy serias. Que no es normal que no se presentara estos días por la plaza. Y es que Franky solo ha querido ir a entrenamiento estos días, y solo por cumplir. Para ir convocado al partido. Los demás días ha puesto la excusa de que se encontraba mal, o tenía otros planes. La verdad es que no se encontraba de humor para ello, y de paso evitaba alguna situación incomoda con Ana, mas allá de las que ya han habido en entrenamiento. Así que esos días se refugió en la soledad de su cuarto, por si podía poner en orden sus sentimientos. Pero no.

El partido era a las 10 de la noche. Pero sobre las 8 Dani fue ya a casa de Franky. Ya que era aun muy pronto para ir, Franky le invitó a que subiera a casa, y así hablar con más calma. Después de un rato de bromas, y de esquivar un poco el tema, Dani decidió abordar el asunto.

Dani: ¿No tienes nada que contarme?

Franky: Supongo.

Dani: ¿Sabes que yo ya lo sé?

Franky: Los secretos nunca suelen ser secretos. Así que si. Dime que sabes, y acabamos antes.

Dani: Quiero oírlo de tu boca, ¿que pasó después del partido del otro día? Cuando te fuiste con Ana, ya sabes.

Franky: Pero si ya te lo imaginas. (Dijo de mala manera.)

Dani: Los amigos se cuentan estas cosas ..

Franky: Bueno, está bien. Pues Ana y yo nos besamos. No fue mucho, pero hubo lengua. Ya sabes. Fue raro.

Dani: ¿Raro?

Destino por casualidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora