SUPΞЯÐΛÐ

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Entraba a comisaría, como siempre, estaba llena, llena de puros capullos.

-¡Quien tenga una denuncia de urgencia, se queda!, quien no, ¡A tomar por culo!.

Rápidamente se quedo completamente vacía.

-¡Abuelo!.

Reconocí inmediatamente esa voz, el gilipollas de Gustabo me estaba hablando.

-¿Cómo me has llamado gilipollas?.

-¿Que? ¿Ya quedo sordo de la edad que tiene?.

Saque la porra y vi como Gustabo trago saliva y dio un paso hacía atrás.

-¿Que pasa mariconetti? ¿Tienes miedo nenaza?.

Gustabo se echo a correr fuera de comisaría.

-¡Voy a hacer 10-33!.

Volví a guardar mí porra mientras escuchaba el carro-patrulla de Gustabo.

-Superintendente, muchas gracias por vaciar la comisaría.

-De nada Greco.

Me dirigí a mí despacho a hacer papeleo, el resto de el día fue lo normal, gilipollas haciendo gilipolleces, atracos, peleas y todas esas mierdas.

Regrese a mí departamento, me dirigí a la cocina por un cuchillo y una botella de tequila, me dirijo al baño con todo eso en mis manos, me desnudo dejándome solo con el bóxer negro que llevaba puesto ese día.

Ingrese a la bañera y me quede pensando en todo lo que sufrí, Mí esposa, mis hijos, mis policías... Parece que la vida está muy lejos de ser justa.

No sabia cuantos minutos me la pase en el baño, pero me daba una idea de 1 hora, pues ya me había tomado la mitad de la botella, agarre el cuchillo que iba a ser el culpable de quitarme la vida.

Me estaba enterrando el cuchillo, salio unas gotitas de sangre, hasta que tocaron la puerta, lo ignore, pero se volvía más insistente.

Ya harto de ese sonido, salí del baño y agarre mí bata de baño, me dirigí a la puerta y grite.

-¡Ya voy!.

Y pararon de tocar, abrí la puerta y no había nadie.

-Tsk, que gilipo-.

-¡Gah!.

Voltee la mirada para abajo encontrándome una canasta con una carta encima, agarre la canasta e ingreso a mí casa.

Quite la manta para dejar ver a un bebé, decidí leer la carta.

Hola, te preguntaras el por que decidí dejar mí bebé.

Se que eres el superintendente, cuidaras bien de mí bebé, no lo puedo cuidar por que tengo una enfermedad que no se puede quitar con nada, que va acabando poco a poco con mí vida.

Él bebé se llama Horacio, sólo te pido que lo cuides bien.

Atte: Anónimo.

Me daba un poco de pena la chica, sé que tomar esa decisión no fue fácil... Supongo que ya encontré algo con lo cual poder pasar el tiempo.

-Bueno Horacio, supongo que ahora somos tú y yo.

Dije agarrándolo con delicadeza, para después juntarlo con mí pecho.

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Entre a comisaría con él niño en brazos, todos me miraron con asombro.

Sabia muy bien que era por él pequeño niño que tenía en mis mano.

-¿Que me ven capullos?.

Me fui directamente a mí despacho, dejando a todos con cara de asombro.

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¡Hay! Primer capitulo, que emoción.

Más es la emoción de haber llegado a 30 seguidores.

¡Besitos en el siempre sucio a los que seáis menores de edad! Y recuerden hijos míos, no fumen porros, ¡Fumate esté baile nene!.

*Inserte baile sensual del viejo sensual*