InuYasha se encontraba sumamente nervioso. Jamás imaginó que el miedo que recorría su cuerpo, fuera superior al que haya sentido anteriormente.
Pues, había llegado la hora. Durante 9 meses, esperó junto a Aome el recibir a su bebé.
La joven había entrado en labor poco antes de la puesta de sol.
- Trae a Kaede... Por favor...
Le había pedido entre respiraciones agitadas.Afortunadamente, no tardó en ubicarla. Pues la longeva sacerdotisa iba en camino a la casa.
- Lo haces bien Aome. En poco tiempo podrás comenzar. -Afirmó Kaede-
El joven Hanyō esperaba afuera a regañadientes. No soportaba oír los quejidos de su amada. De pronto, escuchó que lo llamaba.
- ¡INUYASHA!
No lo pensó dos veces, y entró en la casa.
- ¡No deberías entrar InuYasha!
- ¡Silencio anciana! Aome me necesita y no pienso apartarme de ella.
Kaede suspiró resignada. No era momento para discutir, así que prosiguió en atender a la joven.
InuYasha se arrodilló junto al colchón, y tomó la mano de Aome.
-InuYasha...
-Aquí estoy Aome. No te rindas.
Al tener a su esposo a su lado, las fuerzas aumentaron. Y en aquella noche estrellada, recibieron a quien tanto esperaban.
- ¡Es una niña! ¡Lo lograste Aome!
La muchacha derramaba lágrimas de felicidad, mientras el Hanyō sonreía conmovido.
- Nuestra hija...
- Lo lograste...
- Lo logramos juntos InuYasha... Gracias.
La bebé lloraba con fuerza mientras Kaede la bañaba. Luego de envolverla, se la entregó a la joven madre.
- Finalmente llegaste pequeña...
- ¿Ya eligieron su nombre?
Los nuevos padres dijeron al mismo tiempo:
- Moroha.
La pequeña se había tranquilizado, una vez que su madre la alimentó.
- Ahora ve y saluda a papá.
InuYasha se sonrojó al oír esas palabras. Se sentía ansioso, y en cierta forma temeroso al tener en frente una criatura tan frágil.
- Tranquilo, solo pon tus brazos como los tengo yo. -Le sonrió Aome para infundirle confianza-
InuYasha siguió sus indicaciones. Y cuando la tuvo en sus brazos, una calidez acogedora recorrió su corazón. Su olfato inmediatamente grabó el aroma de su hija. Una mezcla equilibrada entre el suyo, y el de su amada Aome.
Inevitablemente, unas lágrimas de felicidad recorrieron su rostro.
- Bienvenida Moroha... Juro que te protegeré, junto con tu madre.
Aome sonreía ante aquella escena tan adorable.
Acto seguido, InuYasha besó a la pequeña en la frente, y a su esposa en los labios.
- Jamás dejaré de agradecerte Aome. Gracias a ti, encontré la verdadera felicidad. Las amo a ambas, y te aseguro que sin importar qué pase, estaremos juntos.
-InuYasha... Confió en ti. Y nosotras también te amamos.
Una semana después...
Moroha había despertado a medianoche. InuYasha fue el primero en sentirla gracias a sus sentidos agudos.
Sabía que Aome disfrutaba atenderla. Pero por esta ocasión, él se ocuparía para que pudiera dormir.
Con delicadeza, acunó a su pequeña. Para lograr calmarla, acercó su oreja hacia su pecho. Aome le había platicado en cierta ocasión, sobre aquel método especial para tranquilizar bebés.
Luego, le tarareó aquella canción de cuna que solía cantarle su madre cuando era un niño.
Finalmente, la bebé dormía pacíficamente con una pequeña sonrisa. Su padre besó su frente, y susurró con ternura:
- Buenas noches, hija.
Fin
¡Hola! Hoy les comparto algo nuevo. Esta vez, sobre InuYasha. Mi anime favorito.
Este relato lo escribí para un concurso de escritura reciente, y gané. La portada fue uno de mis premios.Quise plasmar algo tierno y conmovedor, ahora que InuYasha y Aome tuvieron oficialmente una hermosa hija. Espero que lo disfruten. Planeo escribir una versión extendida pronto.

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En brazos de Papá
FanfictionOne-Shot del emocionante momento en que InuYasha y Aome tuvieron a Moroha . Ganadora de un concurso de escritura reciente.