Capítulo 34

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Tenían uno de esos poco comunes momentos libres juntos después de la clase de Encantamientos, y se dirigieron los tres hacia la sala común. Ron parecía estar totalmente despreocupado sobre el fin de su relación con Lavender. Hermione parecía muy contenta. Cuando le preguntó por qué sonreía, ella simplemente dijo: "Es un bonito día." Harry también estaba más que feliz sonriendo de oreja a oreja.

Harry apenas se percató cómo habían atravesado el agujero del retrato hacia la soleada sala común, y casi ni miró al pequeño grupo de séptimo que se apretujaban juntos ahí, hasta que Hermione gritó.

—¡Katie! ¡Has regresado! ¿Te encuentras bien?

Harry observó a alguien quién sin duda era Katie Bell completamente saludable y rodeada por sus jubilosos amigos.

—Estoy realmente bien —dijo felizmente. —Me dejaron salir de San Mungo el lunes, me tomé un par de días para estar en casa con mamá y papá y entonces ellos me han traído aquí esta mañana. Leanne justo me estaba contando lo de McLaggen y el último partido, Harry...

—Sí —contestó Harry —bueno, ahora que tú has regresado y Ron está bien, tendremos una oportunidad decente para destrozar a Ravenclaw, lo que significaría que podríamos aspirar a la Copa. Escucha, Katie...

Tenía que preguntárselo inmediatamente; su curiosidad sacó temporalmente a Hermione de su cerebro. Bajó la voz al mismo tiempo que los amigos de Katie empezaron a recoger sus cosas; aparentemente ya iban tarde a Transformaciones.

—...ese collar... ¿ahora puedes recordar quién te lo dio?

—No, -respondió Katie, negando tristemente con su cabeza. —La última cosa que recuerdo es haberme dirigido al baño de chicas en "Las Tres Escobas".

—¿Entonces sí entraste en el baño? —preguntó Hermione.

—Bueno, sé que abrí la puerta —dijo Katie —así que supongo que quien sea que me haya echado la maldición estaba detrás de ella. Después de eso, mi memoria está en blanco hasta hace dos semanas, ya en San Mungo. Escuchen, es mejor que me vaya, no quiero que McGonagall me ponga a hacer líneas en mi primer día de vuelta...

Agarró su bolsa y libros y salió a toda prisa tras sus amigos dejando a Harry, Ron y Hermione sentados en la repisa de la ventana y meditando en lo que ella les había dicho.

—Entonces tiene que haber sido una chica o una mujer quien le dio a Katie ese collar —dedujo Hermione.

—O alguien que parecía ser una chica o una mujer —puntualizó Harry. —No olvides que había un caldero lleno de poción multijugos en Hogwarts.

Se imaginó a Crabble y Goyle transformados en chicas.

—Creo que voy a tomar otro trago de Felix, —dijo Harry —y tener que ir al cuarto de menesteres otra vez.

—Eso será un completo desperdicio de poción —dijo llanamente Hermione, bajando su copia de "Silabario del Hechicero" que acababa de tomar de su bolsa. —La suerte sólo puede llevarte hasta cierto punto, Harry. La situación con Slughorn fue diferente; siempre tuviste la habilidad para persuadirlo, sólo necesitaste tentar un poco las circunstancias. La suerte no es suficiente para conseguirte un encantamiento poderoso, además. ¡No desperdicies el resto de la poción! Tú necesitarás toda la suerte que puedas conseguir si Dumbledore te lleva con él... —bajó la voz hasta convertirla en un susurro.

—¿No podemos hacer un poco más? —le preguntó Ron a Harry, ignorando a Hermione. —Sería grandioso tener todo un abastecimiento... tenemos que ver en el libro...

Elegido con el corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora