Capítulo 35

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La puerta se abrió de golpe detrás de Harry él miró hacia arriba, aterrorizado: Snape había irrumpido en el baño, tenía el rostro lívido. Empujó bruscamente a Harry hacia un lado y se puso de rodillas junto a Malfoy. Sacando su varita se puso a trazar con ella sobre las profundas heridas que la maldición de Harry le había causado, al mismo tiempo que murmuraba un encantamiento que sonaba como una canción. La sangre pareció dejar de fluir. Snape limpió el rostro de Malfoy y repitió su hechizo. Parecía como si hubiera cosido las heridas.

Harry sólo observaba, horrorizado por lo que había hecho. Apenas se percató que estaba también empapado en sangre y agua. Myrtle la llorona seguía sollozando y lamentándose sobre ellos. Cuando Snape pareció terminar su contrahechizo por tercera vez, ayudó a Malfoy a incorporarse, aunque no lo logró del todo.

—Necesitas ir a la enfermería. Te podrían quedar las cicatrices, pero si tomas dittany inmediatamente podremos evitarlas... Vamos...

Sosteniendo a Malfoy, lo ayudó a cruzar el baño y al llegar a la puerta se volvió y dijo, con una voz fría cargada de furia:

—Potter... espérame aquí.

Ni por un segundo le pasó por la cabeza desobedecer. Se levantó lentamente, temblando, y miró hacia abajo el suelo mojado. Había manchas de sangre flotando como lirios rojos sobre la superficie del agua. No encontraba palabras para pedirle a Myrtle la llorona que se callara, ya que continuaba lamentándose y sollozando con un disfrute cada vez mayor.

Snape regresó diez minutos después. Entró al baño y cerró la puerta detrás de él.

—Vete —le dijo a Myrtle, y ésta se sumergió dentro de su taza dejando un sonoro silencio detrás de ella.

—No sé qué pasó —dijo Harry a su vez. Su voz hacía eco en aquel frío y húmedo lugar. —No sabía lo que ese hechizo hacía.

Pero Snape lo ignoró.

—Aparentemente te he subestimado, Potter —dijo tranquilamente. —¿Quién hubiera creído que tú supieras semejante magia oscura? ¿Quién te habló de ese hechizo?

—Yo... lo leí por ahí.

—¿Dónde?

—En... un libro de la biblioteca —inventó Harry desesperadamente. —No recuerdo cómo se llamaba...

—Mentiroso —dijo Snape. Harry sintió la boca seca. Sabía lo que Snape estaba tratando de hacer y no se había prevenido para evitarlo...

El baño parecía destellar ante sus ojos, trató de bloquearse de todo, pero sobre todas las cosas, intentó desaparecer la imagen de la copia de "Pociones Avanzadas: su elaboración" del Príncipe Mestizo de su mente.

Y entonces Snape fue apareciendo ante sus ojos otra vez, en medio de aquel baño destrozado y empapado. Miró sus ojos negros, deseando y esperanzado de que Snape no viera en su mente lo que tanto temía, pero...

—Tráeme tu bolsa, —dijo Snape suavemente, -y todos tus libros. Todos. Tráemelos aquí. ¡Ahora!

No había manera de discutir. Harry se volvió y salpicando, caminó hacia afuera del baño. Una vez en el pasillo, rompió a correr hacia la Torre de Gryffindor. Muchos venían caminando hacia el lado contrario, y se quedaban boquiabiertos ante su aspecto, empapado y cubierto de sangre. Pero él no contestó ninguna de las preguntas que la gente le hacía al pasar corriendo junto a ellos.

Ron estaba parado arriba en las escaleras, desde donde observaba perplejo la visión que Harry ofrecía.

—Necesito tu libro —jadeó Harry. —Tu libro de pociones. Rápido... dámelo.

Elegido con el corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora