Las ramas del árbol que arañaban el cristal de la ventana se escuchaba más fuerte que otros días esa madrugada a las 07:50. Como todos los días tenia que madrugar temprano para ir a la escuela secundaria Tansón, es una escuela bastante mediocre donde los delincuentes suelen estudiar. Se preguntaran porque estudiaría en ese sitio, pero la verdad es solo una. Por que vivo cerca. Es momento de que me presente, mi nombre es Orión Sosa , hijo de María Sosa y Carlos Vega, tengo 24 años, moreno, cabello castaño oscuro, con ojos de color café.
Ahora que recuerdo en esa época no me gustaba nada despertarme temprano, buscaba diferentes excusas para ir al instituto, a veces me iba bien otras veces no tanto.
¿El porque no me gustaba despertarme? era bien conocido por la gente de la zona como alguien afeminado o como ellos me llamaban ¨maricón¨, en ese momento recuerdo que me afectaba demasiado esas palabras aunque no tuviera la culpa de haber nacido así. Si remontara mas ante aun sería cuando comenzó todo.
En el barrio donde vivó tenemos un estanque donde se encuentra sapos y también peces de diferentes colores y tamaños, y justo en ese lugar sucedió un rumor que nunca se supo si fue verdad o mentira, pero como todo rumor se esparció en un momento.
El que comenzó ese rumor era Isaac de 16 años, rubio con ojos castaño claro, cabello ondulado, alto y fuerte, el típico delincuente juvenil que podemos encontrar en cualquier lugar. Nunca entendía el porque pero me odiaba, no se si era por mi forma de ser, de actuar o de caminar pero siempre había algo que lo hacía enfurecer. Y gracias a ese rumor comenzaron a abusar físicamente y mentalmente de mí todos los días, de Lunes a Viernes y si tenia la poca suerte de encontrármelo los Sábados y los Domingos también volvía a sufrir el mismo abuso.
Para no oír el penetrando ruido del despertador, me impulse desde la cama a la cabecera para apagar el botón, y volví a recostarme en la cama, hasta que escucho unos pasos dirección a mi cuarto.
- Orión despiértate rápido que tienes que prepararte para clase- dijo mi madre desde la cocina.
Me levante con pocas ganas sabiendo lo que se me avecinaba si iba al instituto,- pero que puedo decir, mi madre se enfadara conmigo si no voy- me dije a mi mismo.
Como sabía lo que me iba a suceder nunca llevaba algo que se pudiera notar, tampoco vestía ropa que sobresaliera. El desayuno siempre era lo mismo un cola-cao y a coger el bus que está enfrente de mi casa.
La puerta crujió al abrirse y fui al bus.
-Soy yo- dijo Isaac al verme llegar.
-Supongo que esa mirada que tienes no es por mí- dijo con un tono burlón.
Baje la mirada casi al momento en que lo dijo y mire en dirección a los demás compañeros que esperaban la guagua.
Los demás se limitaron a mirarnos.
Sin previó aviso noto como un puñetazo pasa por mi mejilla, sujetándome de la pared para no caerme.
Al cabo de un momento. Los que observaban se reían mirándome cada uno con una mirada diferente.
-Maricón, vete al estanque a que te follen- dijo Isaac mientras mira a sus amigos. Esperaba que sus amigos notaran la repulsión con la que me miraba.
Su mirada, esos ojos llenos de rabia sin una razón aparente era lo que mas me dolía, el no saber porque se metían conmigo, si estaba yo mismo equivocado al seguir existiendo.
Unos 20 minutos eso era lo que tardaba el bus en aparecer y esos 20 minutos marcaba el como iba al instituto.
Al llegar al instituto me sentía mas seguro o eso pensaba porque los chicos de 4 de la eso y 1 de la eso, están en diferentes plantas y poco coincidía con Isaac. Pero como Isaac había muchos mas que si me notaban se iban a meter conmigo y uno de ellos se llamaba Arón.
El era mas grande que Isaac 1 año había repetido mas veces y era mas alto, moreno y flaco.
Depende del día venía en sus ratos libres a molestarme, una vez fueron traspié, otro día fue una cachetada, yo como estudiante iba a dirección a quejarme a la directora Sofia, pero no servía de nada porque por mucho que le pusieran quejas venía otra vez a buscarme, hasta que un 17 de mayo decidí enfrentarle.
Mi padre siempre me decía que me defendiera, pero es más fácil decirlo que hacerlo, más sabiendo la edad que tiene, el tamaño y lo doloroso que es pelearse, pero aun así lo intente.
Ese día recuerdo algunas cosas. Cuando me enfrente a él se enfado bastante, más de lo que pensé que se enfadaría una persona, me sujeto del cuello y me estampo la cabeza contra la pared. Sentía como mi cabeza tiritaba y vibraba, como perdía las fuerzas y como temblaba, los demás alumnos de las otras aulas e incluida mi clase se quedaban mirando, por suerte entre el ruido y el murmullo por suerte llego a los oídos de la directora y de otros profesores, que vinieron en mi ayuda a ver el estado en que me encontraba.
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Never Stop Looking Up
RomanceEsta es una historia de nuestra vida de la que muchos podrán sentir cierta similitud con sus vida. No todo será color de rosas, habrá momentos en los que sentirás emoción, en otros momentos intriga, decepción e incluso tristeza. Esta historia cont...