La nota al final es IMPORTANTÍSIMA.
Mi vista se nubló por los flashes provenientes de las cámaras de los pocos periodistas que habíamos invitado al evento, aprovechando para celebrar tanto el nuevo trato que había logrado cerrar de la línea hotelera como nuestro compromiso. Sacudí mi cabeza, descartando la idea de haber visto a Samantha, maldita sea habían pasado dos años. Lejos, la quería lejos de mi mente. Rodeé a Michelle por la cintura, apretándola contra mi costado una vez nos encontramos a los pies de la escalera para responder algunas preguntas, mi prometida lo estaba haciendo bien, a pesar de que sabía que no estaba a su cien, parecía tan serena y radiante como siempre había sido.
Luego del tiempo prudencial con la prensa, pasamos a hablar con nuestros recientes socios, y con un que otro familiar que se acercaba a saludar.
—Me siento un poco mal—murmuró Michelle mientras nuestros acompañantes parecían distraídos, conversando entre ellos. —También creo que es hora de mis pastillas.
—¿Quieres que te acompañe? —pregunté preocupado, apenas si había pasado una hora.
—No, termina tu, ¿quieres que me lleve a Madeline? —negué lentamente viendo cómo se divertía, bailando en la pista con mamá. —Los espero en la suite entonces.
Asentí tomando su barbilla para dejar un suave beso, antes de disculparnos con los hombres con los que habíamos estado conversando. Nos encontramos a una de sus primas a medio camino al ascensor, quien también iba hacia las habitaciones para cambiarse los zapatos, llevándose a Michelle consigo dejando que yo regresara al evento.
Volvía con las manos dentro de los bolsillos, cuando pude escuchar los gritos de Harriet. Fruncí el ceño, preocupado el por qué mi hermana embarazada estaría gritando de esa manera, cuando me topé con mi peor pesadilla.
Un escalofrío me recorrió el cuerpo entero al percatarme de que era Samantha con quien discutía. De repente, una ira helada me invadió por completo, recordando su frialdad, sus intentos de apartarme de mi bebé, que no fui más que un experimento para ella y cómo, en todos estos meses, no tuvo la decencia de levantar el teléfono para hacerme una llamada para saber si estaba bien.
—Harriet, Hazel, ¿qué sucede?
Mi voz sonó tan fría y dura, como nunca antes. Mis hermanas quedaron turbadas, pero la mujer frente a mi no hizo amago de subir la mirada, era tan cobarde que no podía verme, solo estaba ahí, en silencio, sosteniendo la copa de champagne con fuerza.
—Harry... —ambas murmuraron.
Enarqué mi ceja ante una sonriente Hazel. Esta niña...
—Mira quien nos acompaña esta noche, Harry.
—¿Qué hace ella aquí? —pregunté sin rodeos.
Apartando el hecho de que estaba furioso con ella por estar presente, era claro que tampoco se esperaba el toparse conmigo. Parecía tan (o incluso más) contrariada que yo. Y, al subir finalmente la mirada para observarme, vi cómo se encogió ante mi escrutinio.
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Sorpresa Agridulce Libro II
Fiksi PenggemarHarry, es un hombre de negocios apegado a su familia y con buenos principios, el cual cree tener la vida resuelta. Cuando un día llega una carta de invitación para una fiesta de reencuentro con sus antiguos compañeros de secundaria, no puede evit...