Me levanté por el ruido de las sirenas, entraron unos oficiales con un detenido que estaba cubierto de Sangre, me levanté, me acerque a la recepción y pregunté que novedades habían del caso de Angélica.
-En estos momentos tenemos 3 patrullas a cargo de la búsqueda de la señorita Angélica, yo le sugiero que valla a su casa, se cambie de ropa y venga más tarde.- me dijo una oficial mirándome detenidamente de arriba a bajo del otro lado de la recepción.
-Y usted cree que yo estoy pensando justamente en mi aspecto físico. - dije un poco molesto.- acaso cree usted que un baño y ropa limpia aliviará mis preocupaciones.
-Entonces espere sentado, es su problema, solo fue una recomendación.-dijo a lo que yo di la espalda y me fui a sentar otra vez al mismo lugar.
Vi a alguien acercarse a mi, era la chica de la universidad, me quedé perplejo ante su presencia, llevaba un vestido rojo ajustado con un abrigo, unas botas negras y su cabello recogido en una coleta.
-Supuse que estarías aquí.- me dijo sentándose a mi lado.
-Eres la única que te has preocupado, ni sus padres han llamado. - dije soltando una leve risita.
-Nunca es malo estar al pendiente de alguien.-Dijo mientras me extendía una loncherita.
Tome la lonchera y le di las gracias, estaba un poco confundido, como sabía que estaba aquí, porque se preocupa por un desconocido y por Angélica, quizás porque es la única que sabe la situación.
-Ohh mierda.-masculle.-no he publicado la noticia en las redes, ni siquiera lo he dicho a la universidad.
La comisaría no se ha tomado el trabajo de imprimir folletos.-Dije mirando a Verónica a los ojos.-No te preocupes, yo te ayudaré en lo que necesites.-Sonrio dándole un respiro a mi alma.
-Genial, vámonos. -dije y dándole la última mordida al sándwich de mortadela que me había traído, la agarré de la muñeca y salimos rápido de la comisaría.
ANGÉLICA.
Necesitaba ir al baño, tenía las manos hinchadas por lo apretado de la cuerda, mis piernas dolían, moría de hambre.
-CARAJOOOO, NECESITO IR AL BAÑO, HIJOS DE PUTA!- grité rabiosa
La puerta se abrió a los minutos, entro la misma chica pelo rojo, tras de ella cerró la puerta con seguro, venía con una bolsa, que mierda traerá allí.
-Aqui esta lo necesario para ti, soltare tu amarre, solo te repetiré esto una sola vez, no intentes escapar, no llegarás a nada, al contrario, será peor para ti, tómalo como un consejo muñequita- dijo mientras vacía todo lo que había en la bolsa en la cama.
Ella soltó mi amarre, primero el de las piernas y luego el de las manos, me quedo mirando fijamente, realmente tiene unos ojos hermosos. Lastima que sea una puta secuestradora.
-Que tanto me vez.- me dijo mientras se guardaba la bolsa en la que trajo las cosas.
-No veo una mierda, acaso hay algo para mirar en ti.- le dije mientras acariciaba mis muñecas.- ¿eres feliz haciendo esto?.- le pregunté a lo que ella soltó una risita
-No tengo porque responder preguntas a la niña de mami.- dijo torciendo los ojos.
Mire las cosas que había traído, habían toallas higiénicas, papel de baño, cepillo de dientes, crema dental, desodorante, una toalla de baño, jabón de baño, ropa interior, un peine, y un vestido rosa holgado.
- Valla, suficiente hospitalidad.- dije analizando las cosas tendidas en la cama.
- vuelvo ahora con tu comida.- dijo mientras se alejaba, me metí a el baño casi de inmediato cuando escuché la puerta cerrarse, hice mis necesidades y salí.
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Entre tus sabanas.
RomanceAngélica es nueva en la universidad al igual que Cristián, un joven que con su atractivo llama la atención de esta, lo cual al poco tiempo forman una relación que todos quisieran tener. llena de pasión, deseo y mucho placer, pero esto no es todo. l...