Philips
No podía creer lo que estaba sucediendo. Acababa de recibir una llamada de Rogers poniéndome al tanto de la situación en su casa, por lo que tuve que salir lo más rápido que pude de la estación al volante de la patrulla y seguido de dos más con oficiales de mi confianza, a mi lado el novato no dejaba de mirar por las ventanas, nervioso.
—Deja de hacer eso —le ordené sin mirarlo ya que estaba concentrado en la carretera.
De reojo pude ver que me miró asustado. Su gesto me pareció gracioso, pero soy de los que puede contener la risa aunque se esté muriendo por hacerlo.
—¿Qué cosa, señor?
—Estar nervioso. Eres un oficial, compórtate como tal o vete a llorar con tu mami.
—Sí, señor —respondió enderezado la espalda en el asiento y llevándose la mano a la frente en un saludo militar.
—Y deja los formalismos, los odio. Lo que debe ser formal es el trabajo no la forma de acentuar los rangos.
—Está bien, señor...digo...Philips —aceptó nervioso.
Se lo notaba inquieto, como si quisiera preguntarme algo.
—Suelta tu duda o terminaremos en un barranco de tanto misterio.
—¿Usted cree que haya alguien infiltrado en la estación?
No me tomó por sorpresa la pregunta, ya me había planteado el escenario en donde uno de mis hombres me traicionaba. No creí que mis sospechas llegaran a mis oficiales también, pero ahí estaba, un novato había deducido mejor lo que pasaba.
—No lo sé, Viteri.
—¿Desea que le ayude a descubrirlo? Puedo investigar entre los oficiales, después de todo siempre estoy en la secretaría —dijo lo último con nostalgia.
Los oficiales nuevos no tienen mucho trabajo porque se encuentran en periodo de prueba en donde las tareas son escasas y muchas veces los toman por sorpresa.
El novato tuvo suerte al ser asignado a mi vigilancia, por ese motivo se encontraba a mi lado.
Tiempo atrás, me anticipé a los hechos y consideré que era mejor buscar ayuda externa para poder desentrañar toda la mierda que sucedía en ese lugar.
—Bien, confiaré en que esto se queda entre los dos —Asintió con entusiasmo —, ve con cuidado que en mi estación no se aceptan errores.
—Sí, Philips. Muchas gracias por depositar su confianza en mí, daré mi mayor esfuerzo.
Asentí.
Después de eso la tensión se fue mermando.
Al llegar a casa de Rogers, este nos recibió conduciéndonos hacia la sala de su casa, su hija estaba recostada en el mueble junto a otra joven que no había visto antes, supuse que era su amiga ya que esta tenía la cabeza de Aike sobre sus piernas al tiempo que le peinaba el cabello.
Viteri las miraba embelesado.
Rodé los ojos. Romance de adolescentes, el más pendejo de todos.
—Se desmayó —explicó Rogers cuando se percató de que la atención había recaído en su hija.
—¿Por qué no la despierta? —preguntó, Viteri.
Quería darle de baja en ese momento por preguntar estupideces que no nos incumben, pero como Rogers es tan amable le contestó.
—Es mejor así —miró a su hija —, pasó por mucho hoy.
Una enfermera llamó su atención desde la escalera. Rogers se disculpó un momento con nosotros y se largó a hablar con ella.
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Aike ||Pausada
Gizem / GerilimAike, a primera vista una adolescente como cualquier otra, pero detrás, una historia abrumadora de la que no podrá librarse fácilmente y en la que el amor resultará un imprevisto en su búsqueda de la verdad. Sumérgete en un cóctel de emociones en dó...