Miedo...

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Como un día cualquiera, ahí estabas tú, como la lluvia que llega sin avisar; tu mirada se plasmó en mí un sensación tan única y real. Ese sentimiento de querer apareció pera era prohibido, como el hambre de tus labios carmesí, que sin lugar a duda se quedo impregnada en mí.

¿Cómo te explico este sentimiento?, si puedo equivocarme, si puedo resultar herida, ¿cómo hacer para que tu imagen salga de mí? debe ser ilegal anhelar a una persona prohibida, desear estar cerca de esa persona simplemente para llegar y quedarse .

Un miedo insaciable se apodera de mí y huyo, pero ¿cómo hacerle frente a ello, si tus ojos me miran a mí?, tu sonrisa tardía de todos los días aparece para alegrar mi vida, y yo te correspondo de la manera más sincera y sutil, tus pasos son lentos para evitar errores o susurros en los pasillos, y te acercas a mí con incógnitas  escasas, pero que tocan mi corazón. 

Tu cercanía es cada vez más frecuente y asusta; me das pistas para comprender tu corazón, con ciertas notas que hablan del amor, con ciertas sonrisas que hacen estallar mi corazón, donde vuelve precipitado y te llego anhelar más y  más.



Susurros de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora