12/03/2021

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Al comienzo del sueño, yo me encontraba hojeando unas historietas usadas que eran mostradas en un puesto dentro de una feria del libro; luego el sueño cambiaba por completo y me encontraba nuevamente en aquella casa veraniega ubicada en Huanchaco donde mi familia y yo solíamos pasar las vacaciones muchos años atrás: Yo me encontraba leyendo las historietas echado sobre una cama dentro de la habitación que yo compartía con mi hermano durante esos veranos lejanos.

De la nada, entraba en la casa un enorme perro de pelaje castaño y ojos de mirada furiosa, que subía velozmente las escaleras y atravesaba el pasillo ladrando furiosamente.

Yo me encerraba dentro del baño que estaba en la habitación, y el perro comenzaba a arañar la puerta, todavía ladrando y aullando.

Del otro lado de la puerta, una niña que era dueña del perro me aseguraba que dicho animal no iba a morderme.

En la parte final del sueño, me eran mostradas unas escenas grotescas en las cuales yo veía numerosos títeres y marionetas que poco a poco se volvían semejantes a cadáveres en avanzado estado de descomposición: Había un títere parecido a un niño, hecho de tela amarilla, cuya cabeza había sido arrancada y yacía sobre el suelo. En cuestión de segundos, esa cabeza de peluche se pudría horriblemente y se le veían los sesos y la carne viva.

Las escenas eran como una grabación en video: Alguien me instaba a revisar nuevamente las secuencias en cámara lenta, descubriendo mucho más detalles de aquel proceso, los cuales eran ya de por sí espantosos vistos en segundos, pero que repetidos cuadro por cuadro casi parecían una suerte de visión infernal.

Se me instaba a descubrir pistas, claves ocultas en tales visiones, pero el sentimiento de horror se sobreponía a toda curiosidad por desvelar cualquier misterio oculto en dichas secuencias.

Diario de Sueños y PesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora