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"¡Gracias por la comida!" México dice mientras salía por la puerta, empezó a caminar por la acera a pasos rápidos.
Hacia bastante frío, de echo, nevaba, quería llegar a su casa lo más antes posible, más, su montaña de papeles no ayudaba.

"¿México? Que haces tan tarde afuera, ¡esta helado!" Una voz de mujer habla. México se voltea. Una chica de baja altura y fino cuerpo, que portaba un kimono color rosado bastante ajustado, al igual que un parasol del mismo color.

"Japón. ¿Como estas?" México saluda a la mujer asiática. "Estoy bien, pero tú debes estar muriéndote de frío.. por favor, sígueme a mi hogar, es lo menos que puedo ofrecer." Japón dice, entregándole el parasol a México.

"¡No te preocupes! No me gustaría estorbar." México sonríe. Japón mueve la cabeza de lado a lado, diciendo que no. "De aquí que llegues a tu hogar, ¡estarás hecho hielo!" Japón le insiste al mexicano.

"Bueno si así deseas, ¡vamos!" México dice sonriéndole a la japonesa.

Japón empieza a caminar y México la sigue. En fin, en menos de cinco minutos llegan a un hogar de estilo japonés apartado de toda comunidad o urbanización. Japón al entrar a su hogar se quita el calzado y los pone en una esquina, México hace lo mismo.

"Déjame traerte unas pantuflas" Japón dice mientras se pone las suyas. Camina hacia encontrar un par. Se las da a México.

"Gracias." El se las pone y camina hacia Japón.
"¿Gustaría un poco de té?" Japón pregunta.

"Suena bien." México sonríe. Japón asiente y va a la cocina.
"Por favor, siéntese en donde guste, no me molesta." Japón sonríe. "Oh, y puedes dejar tus papeles en cualquier esquina. Igual, no me molesta." Japón dice.

México se sienta en un asiento y pone sus papeles en el suelo. Espero por el té.

Finalmente, Japón llegó y puso el té en la mesa, se sentó en la silla frente a México.

"Esta caliente, así que, dime de donde son estos papeles en lo que enfría, ¿no?"

México suspira. "Son del proyecto ese, Rusia me los entregó"

Japón abre los ojos grandes. "¿Son de Rusia? Si es así, por favor, déjame hacerlos por ti." Japón sonríe, mirando los papeles.

"¿Estas segura?" México mira a la japonesa. Esta asiente. "Cien por ciento."

"De acuerdo..?" México dice confundido. Confundido por el entusiasmo de Japón.

"Bueno, el té parece bastante frío para tomar. Por favor, disfrútalo." Japón agarra su taza y toma un pequeño sorbo. México hace lo mismo, pero de una manera que parecía como grosería para la etiqueta japonesa.

"¿Te gusta? Japón pregunta, mirando a México. Este asiente.
"Esta muy bueno. Gracias, por cierto." México da otro sorbo.

Japón pone su taza vacía en la mesa y se levanta, a estas alturas, México igual había terminado con su té.

"Es bastante tarde, te prepararé un cuarto para que duermas, siéntete libre al explorar." Japón le dice, y con esto, México se fue a explorar el hogar asiático.

﹝•••﹞

Unos minutos luego, Japón llama a México, este camina hacia el cuarto. Era un futon.

"Perdona, no es una cama pero, espero que te parezca cómodo.
Japón se levanta del suelo al terminar de preparar el futon. Apaga las luces y cierra la puerta.

"Dulces sueños."

¡Déjame Morón! ༺༻RusMéxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora