·25·

81 12 0
                                    

Creepyhouse;;🗝

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Creepyhouse;;
🗝

El día era soleado, hacía calor y ya se había quitado la sudadera, odiaba ese clima tan resplandeciente que le cegaba y necesitaba lentes oscuras para ello. Estaba pasando el rato en paz y tranquilidad después de tanto tiempo bajo los horribles gritos de la horrible casa.

El antiguo y estropeado coche sobre el que se sentaba no estaba para nada más que golpear. El jardín era todo un desastre al igual que la casa. Jeff juró poder ver caer un trozo de madera de lo alto de la cabaña.

—Odio admitirlo, pero te ves mejor sin los lentes de sol.—Jane estaba sentada a su lado, estaba sudando y podía verlo en el sudor que bajaba rápidamente por su frente.

Se quitó los lentes y la miró, sus ojos azules brillaban mucho, el mayor problema siempre fue que al quemarse los ojos afectó a su cornea y aunque nadie lo sabía Jeff necesitaba lentes pero no quería usarlos ni nunca podría. A veces lo veía como algo innecesario. Sonrió un poco y se volvió a poner los cristales oscuros para ni acabar llorando sin poder abrir los ojos.

—Tú deberías quitarte esa chaqueta, el calor es asqueroso. Pega tan fuerte como mi padre.—Hubo un silencio un tanto incómodo tras aquellas palabras.

Jane negaba, aunque el calor era insoportable no quería deshacerse de sus ropajes. A su lado su compañero estaba doblando su pantalón y sujetó su pelo como pudo en una gomilla. Pudo ver sus dientes apretándose al no saber cómo amarrarse el pelo.
Se colocó atrás suya y comenzó a peinar su cabello, que no era realmente suave, con sus manos para poder amarrarlo y que no molestara al chico. Su visión era borrosa y el aire le resultaba tan caliente que comenzaba a ahogarse, su cabeza estaba realmente ardiendo.

—Gracias...Jane, ¿Te encuentras bien?

Observó a Jane, sus mejillas estaban rojas y parecía no poder mantenerse estable. Jane comenzaba a desvanecerse y antes de que cayera al suelo la sujetó en sus brazos, sabía que el calor le había afectado como era tan común en ella.  La acostó en el pasto y lo primero que hizo fue quitarle el suéter, era inhumano mantenerse de tal forma con tantos grados elevados, pero rápidamente entendió la razón...Sus brazos tenían cicatrices y cortes frescos, verticales y el interior del suéter estaba manchado, eran muy recientes.

Puso el cabello de la chica más alejado de su cuello y fue en búsqueda rápida d ela manguera para poder echarle algo de agua. Cuando estuvo fresca la cargó en sus brazos y la metió en la cabaña. Claramente había un problema. Al acostarla en el sillón Slenderman estaba acercándose a ellos.

—¿Otro desmayo?—Se acercó a la chica y agarró uno de sus brazos, mirando fijamente las heridas.—No son accidentales, ¿Qué está pasando?—Se dirigió a Jeff.

—Que tenemos problemas graves con ella...

Presente

El reloj avanzaba su paso sin parar, el tiempo no se podría detener y mucho menos en un instante como ese. Jeff estaba acariciando sus manos, ese recuerdo era el más bonito y a la vez odiado que llegó a tener con ella, estaban juntos y calmados, eran compañeros y la ayudaba. ¿Ahora qué? El mundo tuvo que estallar justo cuando todo iba bien al igual que en toda su vida había pasado.

Se quitó el suéter, recordar aquello le hacía sudar, además la temperatura cada día más alta no le ayudaba. Su compañera de casa estaba leyendo un libro tranquila, desconocía de que se trataba pero ella parecía tan metida que podría ser hasta bueno. Al mirarla recordaba cómo era antes: Una chica que no le tenía miedo a la muerte pero no la deseaba, vivía por sus padres y para hacerlos sentir orgullosos, era amable con quien debía y consiguió entrar en razón dejando de pensar en la venganza, lo que fue algo obsesivo y dañino.

Esa Jane que se dañó se convirtió en un fría y despreocupada perra que parecía no tener emociones y mucho menos sentimientos aparentemente hacia alguien, tampoco empatía. Se preguntaba si ella era realmente tan psicópata como su yo antiguo, ese Jeff que acabó con todo y todos.

—Jane, tengo una pregunta...Ya que estaba pensando.

—Muy bien, estás progresando, el siguiente paso es no decirme lo que piensas, las personas inteligentes se callan.—Le interrumpió sin apartar la mirada de lo que leía.

Se levantó y se puso a su lado quitando el libro de entre sus manos y lo tiró al suelo sin importarle el grito molesto de la chica que ahora lo miraba enfadada.

—Me estaba acordando de otros tiempos, cuando tú y yo podíamos parecer buenos amigos o...algo más.—La chica levantó una ceja. —Y siempre tuve la duda...Antes me odiabas desde que descubrí tus cortes y todo aquello...¿Estuviste fingiendo?

Jane se quedó pensando un segundo el cómo se iba a explicar. Puso un dedo sobre su mejilla.

—En gran parte, pero por otro lado me entretenía contigo y mis días no parecían tan grises. Así que supongo que quedó en cincuenta cincuenta.

—Entonces...¿Ahora por qué esto?—Ella suspiró y se levantó para recoger el libro, cosa que él no permitió y la agarró de su cintura atrayéndola a su regazo.—Pudimos siempre ser una pareja. ¿Por qué me odias tantísimo ahora?

Jane de forma forzosa se liberó de sus brazos y se alejó de él en silencio. Era momento de contarte toda la verdad pero pensaba que si lo hacía le dolería más. Ella sabía que se había convertido en una buena persona, que el único en actuar en su crisis entre vida y muerte, como a pesar de todo actualmente seguía a su lado.

Como al parecer la amaba después de meterle en un gran lío.

—Jeff, no quisieras saber mis motivos. Si te pongo una raya es para que no la cruces.—Se agachó recogiendo el libro.

—Lo siento, para mi esa línea significa que es la salida.

Jane suspiró, se estaba volviendo cada vez más una persona insoportable. Se sentó en el otro sillón pequeño siendo seguida por el de ojos azules que buscaba su respuesta.

—Jeff, agradezco que seas tan amable de preguntar tranquilo, pero agradecería que dejaras de ser tan ¡Puto pesado! Son cosas de mi trabajo y ahí sí que no vas a entrar más.

Jane tenía poca paciencia y Jeff también, ambos chocaban y como dos imanes se juntaban.

—Dame solo un motivo y me estaré callado, no te molestaré más con eso, además prometo que dejaré esa cosa de los sentimientos a un lado.

No tuvo que pensarlo mucho para saber que la logró convencer.

—Si estuviéramos juntos te matarían.

—Si estuviéramos juntos te matarían

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hemotoxin-

Suicide k!ller//Jane T.KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora