Capítulo 26

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Capítulo 26

Una de las cosas que había descubierto gracias al proyecto de la señorita Lorraine es que adoraba manejar las redes y crear contenido que no fuera destinado a mi canal

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Una de las cosas que había descubierto gracias al proyecto de la señorita Lorraine es que adoraba manejar las redes y crear contenido que no fuera destinado a mi canal. Las últimas semanas me había pasado yendo y viniendo, siguiendo a Venus allá donde fuera, como cuando me presenté en el partido que se jugó en Phoenix y obtuve unas buenas instantáneas o cuando grabé parte de los entrenamientos.

Me apasionaba mi trabajo, aunque debía admitir que había descuidado el trabajo que hacía en la redacción. Me gané varias broncas al respecto de parte de mi jefe.

—La próxima vez que te pille holgazaneando, te despediré.

Contra todo pronóstico, me rebelé. Con los puños apretados, me levanté del asiento y, harto ya de su trato abusivo, lo encaré. Que se fuera a la mierda un rato y me dejara en paz de una vez.

—¿Sabes una cosa? Despídeme. Estoy hasta las narices de que te creas superior a mí solo porque tienes un título universitario. Para que lo sepas, en menos de dos años obtendré el mío y trabajaré en lo que más me gusta.

—Pues vete, creído. No te necesito para manejar esta revista.

Largarme de allí fue de las mejores decisiones que había tomado en la vida. Gracias a eso, disponía de mucho más tiempo libre para dedicarle a mi trabajo en las redes y para ayudar a Venus con el manejo de las suyas.

Por eso la había acompañado a todas partes, incluso había sido partícipe de su trabajo como entrenadora. Los niños la escuchaban sin perderse ni un solo detalle. Cuando terminó de ordenarles lo que tenían que hacer, vino hasta mí. Estaba revisando las fotografías que había sacado aquella misma tarde, donde apreciaba cada detalle de aquella muchacha que me tenía embobado. Puede que por eso me pillara desprevenido su beso.

—¿Cómo vas? —Señaló la cámara de fotos que tenía en mis manos.

—¿Por qué no lo miras?

Le enseñé cada una de las imágenes: en una aparecía explicando un ejercicio, con las manos juntas, los labios separados y el rostro lleno de concentración; en otra estaba haciendo toques, el balón en el aire y una gran sonrisa dibujada en los labios; también estaba esa en la que estaba socorriendo a uno de los críos cuando se había resbalado; y luego estaba mi favorita, en la que se la podía apreciar dirigiendo a esos niños con mano dura.

—Vaya, son fantásticas. ¿Algún día me dirás cuál es el secreto para sacar unas fotos tan chulas?

—Lo siento, pero es un secreto, preciosa.

Su manera de hinchar los mofletes era tan mona que no pude resistirme a probar sus labios de nuevo, aunque pronto tuve que alejarme de ella. Tan pronto como la tenía junto a mí, se levantó y se metió dentro del gimnasio del colegio para coger a saber qué cosas. Uno de los niños aprovechó la oportunidad para acercarse a mí.

Venus. Luz y oscuridad (Serie «Chicas guerreras» 1) (#PGP2021)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora