Primera cita.
Era algo que a Gaara le emocionaba porque sería con la chica que le gustaba, pero le aterrorizaba a la vez porque era algo completamente nuevo para él y no sabía mucho de estas cosas.
En el fondo tenía miedo de que a Sakura no le agradase la cita y que por eso lo odiase y dejase de hablarle.
No sería la primera vez que alguien actuase tan cruel con el joven Kazekage.
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Sakura estaba bastante nerviosa porque saldría en una cita en el Festival de la Primavera con una figura tan importante como lo era el Kazekage.
Al principio dudó de si aceptar o no, pero su mejor amiga Ino le dijo que sí lo hiciese porque merecía ser feliz y podría serlo junto al joven líder de Suna. Entonces decidió hacerle caso a la Yamanaka, que debía admitir que a veces daba buenos consejos. Igualmente, no se lo diría en voz alta porque se la creería y se volvería más egocéntrica de lo que ya era.
Y allí estaba Sakura en su habitación junto a la rubia mirándose al espejo con nerviosismo, controlando que no hubiese ninguna arruga en su kimono rosa decorado con flores violeta o que su maquillaje no estuviese corrido.
—Estás hermosa Sakura, quédate tranquila —le calmó Ino acercándose a ella y mirando a la Haruno a través del reflejo del espejo.
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Gaara estaba mirándose en la habitación del hotel de Konoha donde se estaba hospedando junto a sus hermanos mayores, vigilando que todo estuviese en orden.
—Gaara —lo llamó Temari, su hermana mayor apoyada en el marco de la puerta.
El pelirrojo miró a su hermana a través del reflejo del espejo.
—Estás presentable y bonito. Además todo irá bien, Sakura–san te gusta y a ella le gustas solo que no lo admite aún —le aseguró la kunoichi de la arena acercándose a su hermano menor.
Gaara asintió ya más tranquilo.
—Ya es hora —murmuró el oji–turquesa.
—Buena suerte, hermanito —se despidió la ninja de coletas, dándole un abrazo corto, aún sabiendo que el menor no era muy fan del cariño físico.
Gaara sonrió agradecido y se fue al parque, lugar donde los dos shinobis acordaron tener su cita. Él logró distinguir a Sakura gracias a su hermoso cabello rosa, sentada en uno de los tantos bancos que había por allí, disfrutando de la vista y el aire fresco.
Gaara se detuvo al notar que su corazón empezaba a latir rápidamente. ¿Acaso eso era normal? Recordó que sí, cuando Temari le contó de todas estas cosas y le aconsejó.
No sabía por qué era buena señal que el corazón pareciese rozar un ataque cardíaco al latir rápidamente, pero no lo pensó mucho cuando la calidez inundó su pecho mientras se acercaba a la kunoichi.
—Sakura–san... hola —saludó Gaara con una sonrisa tímida.
—Gaara... hola —saludó ella, también con una actitud tímida, algo atípico en ella.
Gaara agarró con suavidad la mano de la Haruno y le dio un beso en los nudillos de la misma. Sakura se sonrojó levemente, pero sonrió igualmente.
—¿Qué quieres hacer? —preguntó el pelirrojo algo nervioso e incómodo al no saber cómo proceder.
—¿Quieres que paseemos por la Feria para ver qué podemos hacer? —respondió esta, y el Kazekage asintió.
Al principio la incomodidad impidió que ambos jóvenes adultos pudiesen disfrutar de la cita, pero Sakura, como la persona habladora que era, empezó a hablar de cosas de su vida diaria y Gaara escuchaba atentamente. Solamente interrumpía para agregar algo o contar algo él, pero se limitaba a escuchar interesado lo que la médica le contaba.
Las horas se pasaban volando y entre Gaara y Sakura reinaba un aire de comodidad y alegría. Ambos estaban muy felices estando junto al otro.
Aún así, todo lo que empieza debe terminar; y ese era el caso del Festival de la Primavera. El mismo finalizó con fuegos artificiales que la joven pareja observaba en silencio.
Sakura miraba todo atenta, al igual que Gaara, quien terminó desviando por unos segundos su mirada hacia su acompañante, observando su rostro de perfil. La Haruno le parecía una hermosa chica desde todos lados: el frente, los perfiles de cada lado y de espalda.
El joven Kazekage sonrió inconsciente al verla sonriendo por los fuegos artificiales y volvió su vista a los mismos.
La festividad terminó y cortésmente Gaara se ofreció a acompañar a Sakura a su hogar, y esta aceptó con nervios y el corazón latiendo más rápido de lo usual.
"Quizá pueda hacerle caso a Ino y ser feliz junto a Gaara" pensó la oji–jade durante el camino a su departamento, enternecida ante tal gesto.
Finalmente llegaron y se quedaron mirando el uno al otro unos segundos frente a la puerta del departamento de la Haruno, sin saber muy bien qué hacer.
—¿Quieres entrar? —preguntó la ninja médico, por simple cortesía, y el pelirrojo negó.
—Debo volver con mis hermanos y descansar temprano, mañana tengo reunión con Kakashi–Dono —explicó el oji–turquesa.
—Oh entiendo...
Se quedaron unos segundos algo incómodos en silencio.
—Nos podemos ver después de la reunión si quieres —comentó Gaara nervioso, y Sakura asintió levemente sonrojada.
La Haruno dudó por un segundo pero se despidió del Kazekage con un corto beso en los labios y entró a su departamento, dejando atrás a un sonrojado y confundido Gaara; quien con una sonrisa enamorada se volvió al hotel.
Temari y Kankuro notaron la actitud del menor de ellos, pero no dijeron nada porque muy difícilmente les diría en ese momento lo que pasó.
Ya sé que tengo que actualizar otras cosas pero se me ocurrió esta idea y debía escribirla (los escritores me entenderán je).
Quizá no muchos shippeen a Sakura con Gaara, pero ella queda bien con su personalidad con muchos por poca lógica que tenga la pareja en el canon.
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Primera cita
FanfictionEs la primera cita de Gaara y Sakura, y ambos están muy nerviosos. Aún así ambos la pasan genial y su lazo solo se hace más fuerte.