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Entré al baño y tome una toallas de papel para poder quitar lo mas que pudiera de agua de mi ropa, estaba helada y el aire acondicionado de la escuela no me ayudaba para nada.

—¿Se encuentra bien, alteza?—lo mire a traves del espejo

—Si, solo con un poco de frío—tome otra toalla de papel—necesito otro cambio de ropa

—Me temo que no contamos con uno de emergencia—bufe

—De acuerdo, me quedaré con esta ropa hasta el final del día—limpie mis lentes con las partes secas de mi ropa

—Tome—me coloco su saco encima—no es mucho pero podra cubrirla del frío

—Gracias—agradecí y me cubrí un poco mas, estaba muriendo de frío

—Dejeme ayudarla—lo mire sacar un pañuelo de su bolsillo y comenzó a secar mi rostro—lamentamos mucho no poder evitar que esto ocurriera, no sé que paso

—No te preocupes, ese idiota parece una rata de alcantarilla, se arrastra con agilidad sin ser visto—rode los ojos

—Parece muy molesta

—¡Por que lo estoy!—exclame—estoy harta de tener que seguir el protocolo y mantener la postura mientras que los otros se aprovechan de que no puedo manchar mi imagen, queria quitarle esa estúpida sonrisa de su cara en cuánto lo mire dibujarla, ¿Sabes en los problemas que me meteré en cuanto el primer ministro se entere de todo esto?—lo mire

—Bueno, no tuvo la culpa de nada

—Eso no importa cuando se trata de la integridad y la imagen de la heredera—murmure cansada

—Lamento que tenga que pasar por todo esto por nuestra culpa—me miró—le prometo que no volvera a ocurrir, me encargaré de protegerla del peligro mas insignificante de ahora en adelante—murmuro

El baño se lleno de silencio, mire su rostro preocupado mientras estaba concentrado secando mi cabello, suspiré y me acomodé los lentes para poder ir a la dirección a aclarar todo el problema.

—Gracias, Cesar—agradecí

Él se detuvo cuando escuchó que lo llame por su nombre y no como normalmente lo llamó.

—No hay de que, alteza—sonreí débilmente y salí del baño

Caminé hasta la oficina del director y pasé a donde se encontraba su secretaria, ella me autorizó el pasó mientras escuchaba gritos y parloteos de una mujer dentro de la oficina, quejándose por que su hijo se encontraba en la dirección.

—Señora, su hijo cometió una falta de respeto...

—Cierra la boca muchachito, mi hijo es un excelente alumno y nunca se ha metido en problemas, si eso fuera cierto, esa niña a la que dices que agredió, debería estar aquí y no siendo una cobarde

—Señora Alarcon, le pido mas respeto para la señorita Ramírez

—No tengo por que tenerle ningun respeto a una mocosa como ella, soy parte de la familia Alarcón y si yo quiero, puedo provocar que la expulsen en este mismo instante

—Me encantaría ver eso—hable con severa calma

Noté la mirada de confusión de Enrique en cuanto se dió cuenta que llevaba el saco de su amigo y compañero, puesto pero ignoro ese detalle en cuanto escucho a la madre de Martín hablar.

—Pues esperalo, niña...—la señora se dio la vuelta

—Espero que sepa a quien le esta faltando al respeto señora Alarcón—respondí con voz firme

En cuanto la madre de Martín se dio cuenta de quien era, su cara cambio totalmente, ya no era esa señora decidida a correrme de la escuela, ahora era simplemente una persona con miedo y sin algún color en el rostro, un fantasma.

—Por favor tome asiento, alteza—el señor Santos me indicó el lugar al lado del Joven Sánchez

—Gracias señor director—agradecí

—Como podra notar, el joven Alarcón no solo le falto al respeto a su compañera, si no que agredió a su alteza real cuando ella no estaba mirando, evadió a sus guardaespaldas y le vacio encima su bebida,  esto no es solo un problema de la escuela, puede haber consecuencias graves por su acción

—Ella llevaba insultandome desde hace mucho

—Tengo testigos de que eras tú quien empezaba a hostigarme, Martín—me defendí—solo me defendía de tus agresiones verbales, ¿Acaso eso es un crimen?—mire al director

—No, alteza, no lo es—sonreí agradecida y mire a la madre de Martín

—Supongo que ahora puede darse cuenta de que su hijo no es tan excelente como dice, créame cuando le digo que no soy la unica a la que su hijo molesta

—Me temo que dado a las consecuencias, tengo que suspender a su hijo unos cuantos días, a ver si cuando vuelva, haya recapacitado de sus acciones

—Si señor director—murmuro molesta

—Bien, eso es todo, el joven Alarcón puede presentarse el lunes de la próxima semana, tenga buen día

—Igualmente—se levanto de la silla y me dedico una reverencia antes de irse

Mire a Martin acercarse y bajar su cabeza como signo de reverencia, sonreí para mis adentros y agache la cabeza para evitar sonreír al verlo hacerme un reverencia. En cuanto estuvimos a solas, mire al director para poder obtener el permiso de retirarme.

—Me temo que si me quedo mas tiempo con la ropa mojada tomare un resfriado y mis compromisos no pueden ser desplazados para otras fechas, asi que tendré que retirarme mas temprano el día de hoy

—No se preocupe, entiendo la situación

—Gracias señor director—me levanté me mi asiento

Él me dedico una reverencia mientras me dirigía a la puerta para salir de su oficina. Camine hasta la puerta de la escuela y entré a mi coche para poder regresar al palacio y quitarme esta ropa.

En cuanto llegué camine a mí habitación y me quedé ahi hasta que llegara la hora de comenzar con mis actividades, aprovecharía para leer un rato y poder olvidarme del molesto momento que habia pasado.

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—¿Me puedes explicar por que la princesa tenia tu saco?

—Tenia frío, creí que será gentil dárselo para que no se resfriara

—Cesar, eres su guardaespaldas, no puedes tomarte el lujo de tener esas amabilidades con ella, nos puedes meter en un grave problema

—No veo cual es el problema

—Si, si lo ves—miro a su amigo—sabes de lo que hablo, perfectamente

—Enrique...

—Olvidate de ella, sus mundos son completamente diferentes, eres su guardaespaldas y ella la futura reina, no se te olvide eso

—No va a pasar nada

—Estas advertido...—se fué, dejando a su amigo solo

No podia pasar nada.

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