—¿Quién coño eres?— con las manos puestas encima de la mesa interrogó el pelinegro.
Rosé simplemente lo miraba con aburrimiento, ¿cómo podía ser tan cínico?. Después de esa noche de traición la rubia no volvió a ser la misma.
—Joder— el joven pasó una mano por su cabello tirándolo para atrás, estaba frustrado— Si en verdad eres la original, demuéstralo ahora— no pudo evitar que sus ojos se vuelvan cristalinos por pensar en perder a su pequeña rubia.
—¿La original?
Rosé frunció el ceño mientras se paraba de golpe dejando caer la silla y poniendo las manos en la mesa igual que JungKook. Sin querer sus rostros estaban demasiado cerca.
—Sí, porque tú, no eres tú.— susurró el más alto.
dos meses atrás.
Rosé volvía del largo viaje donde había visitado a sus padres.
Cuando llegó a su casa que compartía con su actual novio, Jungkook. Escucho ruidos, mejor dicho, gemidos.
Hizo una mueca abriendo la puerta lentamente, sin querer sus ojos se encontraban cerrados pero cuando los abrió se encontró la peor escena de su vida; una chica estaba follando con su novio, la rubia desconocida lo estaba montando mientras que él la miraba con los ojos levemente cerrados.
Su vista se posó por toda la casa, botellas de licor tirados por doquier, allí adentro olía horrible y aquellos dos calenturientos ni se daban cuenta.
Quería entrar completamente y gritarles pero esa forma no se arreglaba nada, mejor esperaría que el mayor estuviera sobrio para hablar con él.
Cerró la puerta sin hacer ruido y se fue por donde vino.
Después de una semana ella volvió. Quería decirle todo lo que vio, pero era débil.
—¡Llegaste!— un feliz Jungkook exclamó cuando abrió la puerta y se encontró a su novia la iba a abrazar pero la más baja lo pasó.
—Ajá—de mala manera se apartó del pelinegro.
Jungkook lo sintió, la frialdad en su voz, tragó duro y cerró la puerta cuando su novia se había marchado a su recamara.
Cuando fue a donde ella la encontró empacando en otra maleta.
—¿Qué haces?— preguntó acercándose a ella pero esta solo lo ignoraba, la volteó bruscamente para que lo viera, intentó encontrar los ojos tan hermosos y con un brillo peculiar en la mirada de su amada, pero nada, estaban vacíos. —¿Qué te sucede?
—Y-yo viajaré de nuevo.— contestó simple pero con una traba en un principio al ver los ojos negros del chico.
—Pero- si acabas de volver— Jungkook aún con la vista puesta en su chica la vio rodar los ojos y sin poder evitarlo una preguntó resonó en las paredes opacas del lugar— ¿Quién eres?
Rosé rio.
—Ahora ni siquiera sabes quien soy.— la chica dio dos palmadas en la mejilla del más alto y le dio un beso en su barbilla para después volver a empacar— Soy Roseanne Park.
