One More Dance Os ↳Luzuplay ׂׂૢ༘۵

Waltz drenched in emotions.

[Multimedia necesaria, si pueden reproducirla agradecería que lo hicieran]
♡

─Un aplauso por favor, para los recién casados.─ soltó un suspiro leve antes de seguir la ola de aplausos que le sobrevino al pedido del encargado en el evento.─ pongan atención, shh, escuchen, es lo que creo que es... ¡El primer vals de la feliz pareja!.

Sigue la ronda extra de aplausos, quizás con un poco menos de entusiasmo que algunos invitados en su mesa.
Había ido más que nada por sus amigos, no tenía muchas ganas de verlos después de tanto tiempo, tampoco había mucho que decir.

Sin embargo, a pesar de que no entraba en sus planes estar ahí sentado mientras Samuel y Rub abrían la pista de baile con unos según se enteró, bastante ensayados pasos, se sintió feliz, bastante feliz por ellos.

La melodía le peso, sintiéndola más melancólica que romántica, se concentró en los sonidos de la lluvia que les dejaba atrapados en el gran recinto, se dejó apoyar sobre una de sus manos, no supo exactamente cuando tiempo paso, pero fue suficiente  para que cuando los abriera, fuera de los pocos rezagados en las mesas mientras las parejas ya formadas danzaban en todo el lugar.

Se levantó sin más miramientos y camino al baño, la música seguía escuchándose fuerte sobre las gotas que caían, llegó al lavabo y mojo sus manos de inmediato, la temperatura baja del líquido le ayuda a pensar mejor cuando lo pasa por su rostro, incluso un poco sobre su cabello en punta, despeinandolo.

Se toma unos momentos para salir.

Vuelve a su asiento y se encoge sobre él, no esperaba ser el alma de la fiesta en esa ocasión, pero sin duda no se imaginó sentado mientras los demás se divertían.

Tal vez, debería de invitar a alguien.

Alguien...

Su mirada se paseó por los que aún estaban sentados y después por los que se movían al compás de la pieza.

No lo encontraba.

Se reprendió de inmediato.

Ni siquiera debía estar buscándolo.

Era lo único que tal vez, no debería de hacer.

Concentrate, se repite en su cabeza.

Pasea la vista por el magnífico salón, sí, eso debía funcionar.

La luz cálida que envuelve la boda en un ambiente hogareño le da la sensación de que fue idea del castaño que sonríe enormemente al que ahora es su esposo.

Cuando le llegó la invitación estuvo a nada de desecharla inmediatamente, sólo para evitar verlo, a él.

Pero una pequeña nota que cayó del paquete y estaba llena de amenazas por parte de los comprometidos, le dejo en claro que no era una opción.

Las cartas que sobrevinieron después por parte de amigos que tenía más tiempo sin ver que el que pasaron juntos, también remarcan el punto de que tenían que reencontrarse todos, que había pasado mucho, que necesitaban verse.

Él no sabía si en realidad era tan necesario verlos.

Sin embargo, ahí estaba, pasando su noche de domingo enfundado en un traje apretado, con una corbata vino y zapatos lustrados.

Pone más atención a las notas que estaban siendo tocadas  en ese momento y en esta ocasión, le queda claro que el pelinegro se encargó de la elección de músicos.

Sigue paseando la vista por el lugar hasta que se topa con una figura que de inmediato le acelera el corazón.

¿Estaba ahí antes?