Narrado por Gustavo
Aún no puedo creer que haya aceptado ir a ver al ex de mi mejor amiga, él que le rompió el corazón y la dejo hundida en la depresión. «No tienes remedio, Gustavo» dije mientras me ponía una camisa de manga corta. El calor estaba como para derretir bombones de chocolate y yo no quería que me pasará nada.
—¡Mamá! —grité cuando salía de mi habitación. Que era la que había sido de Elisa. Ellas habían sido tan amables como para prestarnos su casa en lo que estaban fuera, no tenía idea de si realmente pensaban volver.
Mi madre y yo habíamos insistido bastante para pagarles una renta, pero la señora Madelaine se reuso, diciendo que ya hacíamos mucho, cuidandola y pagando los servicios.
Sabíamos que en realidad no era así, ella podía ganar buen dinero rentando éste lugar, lo hacía por ayudarnos, puesto que un apartamento aquí, saldría en un ojo de la cara; al menos para nosotros. Mamá había conseguido un empleo en un local de comida cerca de aquí. Ella tenía una sazón para envidiar, así que solo tuvo que mostrarles lo que podía hacer y casi de inmediato estuvo contratada.
Y yo... pues yo, con mucho esfuerzo (y también gracias a Elisa y su mamá que me apoyaron con un pequeño préstamo) logré pagarme un curso intensivo en una academia de belleza, y junto con otro compañero, abrimos nuestro salón spa. A él le iba muy bien con todo lo del cuidado de la piel, yo me manejaba mejor con cortes, peinados y maquillaje. Comenzamos de cero, pero ya teníamos chicas que nos seguían desde que estábamos trabajando con Marco. Era difícil pagar la renta, agua y luz de un local, pero estábamos decididos ha hacerlo en grande. ¿Quien sabe? A lo mejor un día podría tener un salón tan grande y reconocido como, Carlo's Beauty.
—¡¿Ya te vas hijo!? —Se estaba alistando para irse a trabajar. Mamá había cambiado mucho, poco a poco a logrado llenarse de confianza. Las pláticas en el grupo de apoyo para la mujer maltratada le han ayudado a darse cuenta de su valor como mujer, y de que no debía seguir permitiendo el maltrato de papá.
—Sí...
—¿Pero no es un poco temprano para ir a abrir el salón?
—Tengo que ver a alguien antes de abrir mamá. —me miró entrecerrando los ojos.
—¿A quién, Gustavo? —Ella ya estaba más que conciente de mis preferencias en el amor, aún así le costaba trabajo aceptar que era Gay. El último chico con el que entable una "relación" me había dejado por eso mismo. Diciendo que me avergonzaba de él y de lo que yo era, por no llevarlo a conocer a mamá y mostrarme más abierto, que me ocultaba de la gente por mi forma de vestir. Me parecía una estupidez molestarse por algo así, no todos éramos tan liberales. Yo tenía mi forma de vestir, que era normal para mí. Aunque de cierto modo, creo que aún me importaba lo que dijera mi madre, ya la había pasado bastante mal con papá, yo no quería ser el causante de más dolor. Consideraba de que si alguien llegaba a amarme realmente, lo haría por lo que soy, no por quién ellos quisieran que fuera.
Cerré los ojos con cansancio y trate de responder lo más tranquilo posible.
—Voy con un conocido mamá, vamos a hablar cosas del trabajo. —Tampoco podía decirle que iba a ver al ex de mi mejor amiga, eso la haría poner el grito en el cielo.
—Muy bien, —murmuró poco convencida —. ¿Quieres llevarte algo para comer? ¿O vendrás por la tarde?
—No creo volver por la tarde mamá, tenemos algunas citas en el salón quiero aprovechar, porque ya casi tenemos que pagar la renta. Así que lo más probable es que vuelva hasta por la noche.
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Dimitri
RomanceDespués de la partida de Elisa, Dimitri se sume en una profunda depresión. Al pasar de los días se da cuenta de que probablemente no la podrá olvidar, está decidido a encontrarla y luchar por su amor. Pero en el camino encontrará grandes obstáculos...