Test Me

Ojos hinchados, ojeras que gritaban malanoche, su rostro levemente hinchado por las pocas horas de sueño. Jeon JungKook no quería nada más que morir. La noche anterior había sido extremadamente exhaustiva, el joven estudiante de medicina se encontraba en la semana de exámenes de su sexto semestre. Las cosas se ponían cada vez más difíciles, y si de difícil hablamos, está anatomía.

 La maldita materia había sido su martirio casi que desde que empezó, el hecho de memorizar partes del cuerpo, las cantidades infinitas de huesos, ¿qué acaso no eran 206 huesos? ¿por qué parecían ser más de dos mil? Este semestre se habían enfocado en el cráneo, y esto fuera fácil de no ser porque cada prominencia o curvatura tenía nombres. Sus piernas obraron por sí mismas y poco a poco se fue poniendo de pie. Su vista se centró en la cama a un lado de la suya, pulcramente tendida. Qué suerte tenía Tae, justo ayer terminó sus exámenes.

Ah Tae.

Kim TaeHyung, era el nombre de su roomie. Ambos se conocieron en una cafetería, donde ambos trabajaban a medio tiempo. Se hicieron amigos y luego de saber que iban a la misma Universidad, decidieron compartir departamento. Ya iban dos años así. Tae estudiaba literatura, aunque no cumplía con el estereotipo de chico "classy", en realidad él solía ir a clases de pole dance en sus tiempos libres.

Arrastró sus pies cruzando el gran cuarto, y salir rumbo al comedor. No tenía mucho ánimo de preparar su desayuno, solo se haría un pan tostado y café para aguantar unas cuatro horas más hasta terminar el examen. Pero al llegar a la sala vio una silueta de espaldas a él, los separaba el mesón. Se acercó.

 
-Buenos días hyung- la mano del menor se dirigió al cabello de Tae revolviéndolo dulcemente.

-Kookie, buenos días, qué tal tus dos segundos de sueño- dijo dándose vuelta y dando un suave besito en una de las mejillas de Kook.

 
-De lo peor-

 
-Aw, tranquilo Kook, falta poco para que descanses- dijo brindándole una sonrisa alentadora -mira estoy haciendo sushi-

 
-Wou Tae, muchas gracias- llevó sus manos a su rostro y restregó intentando disipar el sueño.

 
-De nada, sé lo pesado que debe ser, ahora siéntate que ya está-

Tae siempre había sido amable con él, muchos le llegaban a juzgar, porque el chico mayor era abiertamente gay, mientras él, jamás se le había visto con una novia. Aquellos comentarios poco le importaban, porque a decir verdad, Taehyung era muy lindo, disfrutaba de verlo dormir o sentarse en su escritorio a escribir su libro, mirarlo tan tranquilo, le provocaba una hermosa sensación de calidez. Ni hablar de lo increíblemente sexi que lucía cuando tomaba sus clases de pole dance, y esto lo sabía pues en varias ocasiones el mayor lo había invitado a hacer presencia en ellas, y vaya que lo disfrutaba.

 
El plato llegó a la mesa y fue cuestión de minutos para que se encontrara vacío, ambos habían estado muy hambrientos. Se duchó y vistió, faltaba cerca de una media hora para el examen. Se sentó en el mueble de la sala mientras repasaba con ímpetu cada nombre.

 Los minutos pasaron volando, y ahora se dirigía al cuarto en donde también estaban sus escritorios, mientras prendía la laptop, escuchó la ducha, y a Tae tararear bajito. Río suavemente ante esa actitud. Pero su risa se tornó en sonrojo al recordar una de las varias ocasiones en la ducha.

Esa noche ambos estaban bastante ebrios. Tae acababa de cumplir sus 25 y habían ido a un Bar a celebrar. Quizás merendar mariscos no fue una buena opción. Luego de una sesión de besos y toqueteos, habían ido tropezando hasta la ducha en donde las manos de Tae le dieron el mejor handjob (handjob: +turbación) de su vida, Para después sucumbir ante la curiosidad y rozar sus miembros hasta correrse. Siempre tuvo la pregunta de cómo sería cogerse a Tae, y en lugar de correrse al aire, dejarlo todo en el bonito interior.