Enamorada de Potter (Harry Potter y tú)

10. Los Sangre sucia y una voz misteriosa

Las cosas fueron de mal en peor desde el desayuno en el Gran Comedor.

Bajo el techo encantado, que aquel día estaba de un triste color gris, las cuatro grandes mesas correspondientes a las cuatro casas estaban repletas de soperas con gachas de avena, fuentes de arenques ahumados, montones de tostadas y platos con huevos y beicon.

-¿No habías sido expulsada, Riddle? -repuso Vincent a un lado de Goyle y Malfoy cuando vió que me senté enfrente suyo en la mesa.

-Si me ves aquí, es obvio que no -dije con tranquilidad, sirviéndome soperas de gachas de avena y un par de zanahorias.

Parkinson, que estaba sentada a un lado mío ojeando una revista mágica inconscientemente, tenía la mirada en la mesa de Gryffindor. Específicamente en una cabeza con cabellos largos y rojizos.

-¿Qué le pasa? -le pregunté a Zabini que también estaba sentado a un lado mío, pero del lado contrario al de Pansy.

-Está disgustada por la llegada de la hermana menor de Weasley -aclaró Blaise, sin verme-. Le causa mucha indignación su presencia.

-Claramente se me hace una ofensa, Blaise -recalcó Parkinson, frunciendo el ceño y desviando la mirada de Ginny hasta nosotros-. No puedo creer que este colegio siga admitiendo más... traidores de sangre. Es claro que cada año decae muchísimo este colegio.

-Me parece absurdo que te tomes el tiempo de verlos -dijo Blaise, claramente irritado- Cada quien con su gente sin meterse con nadie, ¿no te parece?

-Si me parece, pero bien sabes que este colegio necesita una depuración. ¿No te gustaría estar rodeado de solo personas fieles a su sangre?... O, ¿te emocionas ver más de ellos?

-Claro que no -contestó Blaise.

-Ahí está -dijo Parkinson, esbozando una sonrisa complacida al escuchar lo que habia dicho Zabini.

Me metí a la boca un pedazo de zanahorias, intentando ignorar su charla, aunque era dificil teniendo a Parkinson hablandome en un oido y a Blaise en el otro. Y coincidentemente, Malfoy se habia unido a la conversación.

-Es patético -decía Malfoy- Dice mi padre que esa familia es como una plaga. Siempre hay uno nuevo apareciendo, como si no supieran controlarse.

-Eso es exactamente lo que decía -añadió Pansy, dirigiéndole una mirada de aprobación

-Ahora, lo importante es mantenerse vigilante -concluyó Draco, con voz arrogante- Saber quién es quién. Y por supuesto, asegurarse de que las cosas sigan como deben. Es decir, ser firmes. Y no permitir que ellos crean que tienen el mismo valor que nosotros.

Parkinson asintió.

-En menos de diez segundos llegará el correo -avisé, interrumpiendo su conversación-... Ahora en tres, dos... uno.

Un centenar de lechuzas penetraron con gran estrépido en la sala, volando sobre nuestras cabezas, y dejando caer cartas y paquetes en la mesa.

Meder ahí venía con lo que pude notar que era un sobre naranja muy llamativo sobre sus patas. Lo dejó sobre la mesa y volvió a su habitual vuelo con sus amigas ave.

Todos en la mesa voltearon a verme.

-Parece que es... -lo observé de frente- un vociferador...

De pronto, una voz comenzó a resonar en el Gran Comedor:

-... ROBAR EL COCHE, NO ME HABRÍA EXTRAÑADO QUE TE EXPULSARAN; ESPERA A QUE TE COJA, SUPONGO QUE NO TE HAS PARADO A PENSAR LO QUE SUFRIMOS TU PADRE Y YO CUANDO VIMOS QUE EL COCHE NO ESTABA...