5. QUÉ MÁS QUISIERA

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—¡Por fin!—MJ dio un brinco en el sofá al ver a Ned entrar por la puerta—

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—¡Por fin!—MJ dio un brinco en el sofá al ver a Ned entrar por la puerta—. ¡Ya pensaba que te había tragado la tierra!

—Más bien, me ha tragado la tienda—respondió el chico, quitándose la gorra y la chaqueta del uniforme, y colgándola del perchero—. ¿Conocéis a esos clientes que saben que cierras a la hora en punto y vienen cuando falta un minuto para cerrar?

—La verdad, me da igual—sentenció ella—, ¡pero me alegra que estés aquí!

Ned avanzó al interior del apartamento mientras miraba a su compañera de piso.

—MJ... ¿Te estás alegrando de verme? ¿Qué te pasa?

—No es por ti, capullo. Es que Peter—Señaló al chico, que llevaba sentado a su lado y en silencio desde que Ned llegó—me ha dicho que ha pasado algo con Stark, pero no quería contar nada hasta que estuvieras aquí.

—¡Con Stark!—Ned acordó la distancia que lo separaba de sus amigos dando un par de zancadas, y ocupó el sillón individual que estaba junto al sofá—. ¡Enhorabuena, Pete!

—No cantéis victoria—les avisó el chico, suspirando—. No son buenas noticias.

—¿Te ha rechazado?—le preguntó MJ, dándose golpecitos nerviosos en los muslos—. ¿Cómo se le ocurre? Hay que estar ciego para decirte que no.

Tras sus palabras, un silencio incómodo se instaló en la sala, durante el cual, Peter y Ned la miraron fijamente.

—A ver, no alucines—le dijo a Peter—, que tampoco eres un dios griego, pero tienes tu punto.

—Ned, hice lo que me dijiste—le contó entonces a su amigo.

—¿Estuviste pendiente de tus sentimientos, analizándolos detenidamente y pensando en cómo ese hombre te hacía sentir, conociéndote un poco más a ti mismo?—recitó, recordando al cien por cien sus palabras pasadas.

—Sí, eso hice, pero también seguí otro consejo.

—¿Cuál?

—¡EL DE DEJARME LLEVAR, NED!—gritó, asustando a ambos chicos y cubriéndose el rostro con las manos—. ¡Me estaba explicando cómo funcionaban los nuevos lanza telarañas, y no se me ocurrió otra cosa que besarle!

—¡Wooow!—MJ le golpeó el hombro con el puño—. ¡A eso le llamo yo lanzarse!

Peter se descubrió la cara, cuya piel había palidecido ligeramente.

—No fue la mejor de las ideas—Rodó los ojos—. Gracias, Ned.

—¡No debiste seguir mis consejos al pie de la letra!—replicó—. Me refería a que te dejaras llevar por tus sentimientos.

—¡Y mis sentimientos me llevaron a besar al señor Stark!

—¡Pero lo dije en sentido figurado!

TÓXICOS (Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora