El placer de ser vecinos

Capitulo único

Vecinos

Universo Alterno

By AquaticWhisper

Palabras: 2236

Kagome siempre había adorado el balcón de su habitación porque daba al del hijo de sus vecinos, ese que a lo largo de su vida le había dado muchas noches en vela conversando de todo y nada con el joven muchacho mirando las estrellas, de esas salidas a escondidas o de cómo se ayudaban por el balcón cuando eran castigados por algo.

¡Eran de sus recuerdos favoritos!

Que decir... Amaba ese balcón, pero no tanto como quería a su vecino.

Aunque sus madres eran vecinas hace tiempo, recién se convirtieron en cercanas en el primer día de la guardería de ambos, así que les sirvió de excusa para los pequeños de ir conociéndose, para entablar una amistad entre ellos. Tenían la misma edad por lo siempre estarían en el mismo grado, y para suerte de ambos, también lo fueron de salón durante la primaria y la secundaria, aunque ahora que estaban terminando la preparatoria habían sido cambiado de salón, cambiando algunos aspectos de aquella inquebrantable amistad.

Ella creía que tenía un excelente amigo en ese joven de mirada ambarina, pero al parecer, bastó que los cambiaran de salón para empezar a hacerle el quite, ya no la esperaba para ir a la preparatoria juntos, ni la acompañaba de regreso a casa. Y aunque ella solía ser invitada a su casa, él siempre tenía planes fuera del hogar.

Habían dejado de hacer tantas cosas juntos que empezaba a sospechar que, en realidad, siempre la había odiado y ese tiempo juntos solo había sido por la amistad de sus madres.

—Lo que tienes de linda, lo tienes de tonta —había declarado Miroku, su mejor amigo y compañero de salón—. Lo que pasa es algo muy sencillo, Inuyasha está enamorado de ti y encontró en esta separación la excusa ideal para poner distancia, solo para evitar clavarte los colmillos y que tu abuelo lo crucifique por ello. Ya sabes, estamos en la edad de las hormonas full —explicó con un gesto de su mano derecha, como si estuviera batiendo el aire. Kagome simplemente puso sus ojos en blanco, tratando de ignorar las palabras del joven de ojos azules—. Sí, búrlate de mí todo lo que quieras. ¿Olvidaste que mi preciosa Sango está el mismo salón que él? Sabe unos detalles bien entretenidos de nuestro amigo —ante aquello, la joven se apoyó contra su escritorio de brazos cruzados.

—¿Me dirás que hablan y se cuentan chismes de nosotros?

—Hacemos mucho más que hablar de ustedes —comentó divertido, generando que Kagome le lanzara el cojín que tenía en la silla junto al escritorio. Él tomó el cojín y lo dejó sobre la cama, como si no hubiera pasado nada—. Debes despertar a su demonio oculto, Kagome, descontrolarlo. Vamos, aprovecha que tu abuelo y tu madre saldrán de viajes de negocio, ¿no te quedas con los Taisho esa semana? —Kagome corrió la mirada hacia el balcón, la luz apagada del frente indicaba que Inuyasha aun no había llegado— Y sí no —aprovechando que su amiga no lo miraba, se acercó la cajonera y empezó a revisar cajón por cajón hasta que encontró el objetivo, sacando con sus manos una pequeñas braga de encaje rojo—, provócalo tirándole esto a su balcón —cuando Kagome quiso reaccionar, el desgraciado de su mejor amigo había lanzado la prenda femenina al balcón de su vecino.

—¡¡Pero, estás loco!! —le gritó realmente ofendida por lo que había hecho. Se acercó tratando de tomarlo, pero la distancia no era suficiente para sus brazos cortos, buscó ayudarse con unas varas de decoración que tenía en su habitación, pero no lograba tomarla, al contrario, la adentraba más y más en el balcón vecino—. Con un demonio, Miroku te odio con la vida.