Prólogo

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Prólogo

 —Y podrás percibir, tu realidad—me lo decía la criatura, qué, para el momento, ya sabía cómo describirla. El nombre era "Sr. Chirridos" si, aquella de mis pesadillas se hacía realidad y continuaba hablando, mientras, trataba yo de moverme, pero no lograba nada.

 — ¿Pues no me has invocado, no querías ver quién podrías ser en realidad? Aquí me tienes.

¿Recuerdas, a ese niño diciendo que sus pesadillas eran como una enfermedad? Sí, tú—por más extraño que parezca, recordaba esa puerta de mi armario abriendo cada noche y escuchar unos chirridos, con una mano color rojo que salía del abismo negro. —Luego de tanto tiempo; yo era la causa de tus males, me apoderé de tu mente, pero poco a poco mueres.

“Tú alma será tragada, por un agujero oscuro y de violencia, será torturado por golpes que hayas dado en tu vida, violado por cualquier pensamiento asqueroso, desgarrado por las palabras que en vida escupiste”.

Trataba de evitar verlo a la cara, aunque él no tenía cara. Miré hacia abajo con el pretexto de encontrar alguna respuesta, pero estaba sobre un río de sangre y huesos. —No te preocupes—decía Chirridos. —Todos en mi mundo dirán que estabas loco, pero en el tuyo, solo desaparecí por una "enfermedad"  no fue así, salí del hospital—al decir eso, me sorprendí, pero no respondí.

 —En mi mundo me veo así, en tu mundo seré...tú, sin este aspecto, sin este rostro, solo adoptaré tu carne y me adaptaré al sabor, sudor y olor horrible—tenía que encontrar algo entre mis pensamientos, para evitar que perforará más en mi mente, tratando de encontrar algún miedo más horrible.

 —¿Creías que me habías engañado? Al poder llegar a la última parte del libro—contesté gritando y de manera encabronada,  yo nunca pretendía ganarle a la vida o muerte, nunca quería haber deseado el corazón de esa persona, nunca quise haber arrancado la hoja de ese libro y haber matado a alguien con eso, pero la bestia, mi monstruo, no lo comprendía.

 —¿Creías que no reclamaría "tú ser"? No le pertenece a Dios, ni al Diablo, solo nos pertenece—simplemente continuo diciendo.

“¿Nos perteneces?”. Me pregunte, muchas imágenes estuvieron en mi mente, creó que lejos de acabar, todo comenzó por mi maldita osadía a lo desconocido. Ahora, me pregunto, ¿cómo estará la dulce Scarlett, pues sabes que estás en el tercer mundo de la tortura?

 Mi novia, él hijo de perra; la violaría o torturaría como en su demente visión. Si no actuaba rápido... le haría daño. No comprendía hasta hace unos días...; que él tenía razón, cuando amas a alguien con gran fuerza, una preocupación causada por esa persona, “genera agonía y un hambre completa”, en palabras de él, dicen que "matar a un hombre es fácil, pero matar lo que ama es matarlo mil veces”.

Aquí, creó; terminaba el viaje de locura y demencia que había querido concluir hace tiempo, pero tenía que sacrificar algo más, algo más fuerte, para liberarme de ese sitio, el viento me lo susurro al oído era hora de terminar con esto, sacrificar algo que anhelaba, que deseaba, esos tenían que ser…

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⏰ Última actualización: Feb 17, 2015 ⏰

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