Pasaron algunas semanas, los exámenes habían terminado y Heather ya estaba completamente bien, habían sido días pesados pero en la escuela ya estábamos con los preparativos para la posada, que sería la próxima semana, el 3 de diciembre. Por mi parte, estaba contento, mis calificaciones habían subido y logré pasar todos los exámenes con puntajes tan altos como la torre Tokio... Bueno tal vez no tanto pero definitivamente estaba satisfecho con mi desempeño, el pobre de Fudou no podía decir lo mismo, porque a pesar de que traté y de verdad traté de ayudarlo a estudiar, él estaba demasiado concentrado en otras cosas como para saber lo suficiente para los exámenes, y aunque también traté de pasarle las respuestas, no pudo librarla bien, aunque definitivamente le fue mejor que el parcial pasado, sin embargo para sus padres no fue suficiente y como castigo, le habían "prohibido" ir a la posada, esto me afectaba de alguna manera, en primera porque Fudou era mi amigo y me sentía mal por él, pero segundo y honestamente más importante... ¡PORQUE ESTARIA SOLO CON HEATHER Y NECESITABA SU AYUDA! Cada vez que pensaba en eso me preocupaba tanto al punto de que me sudaban las manos y me empezaba a dar un tic en el ojo por el estrés.
En este momento los chicos estamos preparando un puesto de comida para el día de la posada, y las niñas estaban ayudando con decoraciones para el salón que sería utilizado para montar un "Maid Café" por idea de las chicas de la generación, y por tradición, los chicos y chicas que hayan obtenido las calificaciones más bajas en los exámenes serán quienes atiendan en esos puestos, eso significa que Fudou en teoría tendría que venir para atender el puesto pero conociéndolo sé que prefiere quedarse castigado en su casa que venir a vender yakisoba, después de todo tiene suerte el hombre, se libra de sus obligaciones sin querer, quisiera tener su suerte.
-Ukyo, ¿Podrías ir por una extensión al cuarto de mantenimiento? La necesitamos.
-Claro, ya vengo.
Fui corriendo y en el camino me encontré a Seito Senpai que parecía iba de regreso con una escalera a cuestas, wow, se veía imponente, tanto que estaba llamando la atención de todas las niñas que lo veían en el pasillo, bueno, es de esperarse considerando que realmente se ve cool, no llevaba puesto el suéter y eso dejaba descubierto sus tonificados brazos... No diré nada más, me estoy empezando a sentir raro, solamente lo saludé cuando pasé junto a él.
-Hola Senpai!
Él solamente me hizo un gesto con la cabeza en respuesta al saludo. No sé qué o por qué, pero solo eso me hacía sonreír, creo que sentía bonito que ya no ignorara mis saludos, me pregunto si yo también le caigo bien.
Llegué a la bodega de mantenimiento que estaba un poco aislada de los salones y me puse a buscar una extensión suficientemente larga cuando de pronto escuché la puerta azotarse con fuerza por el aire. ¡No es posible, por favor que no se atore! Corrí hacia la puerta para ver si esta no se había quedado atascada y para mi pésima suerte sí se había atorado, hay veces como esta en las que me pregunto "¿Por qué a mí?" De todas las personas posibles a las que les pudo pasar algo tenía que ser yo... Me puse a tocar la puerta primero tranquilamente porque quería evitar hacer demasiado ruido, pero cuando nadie me abría, me empecé a asustar y a preocupar y terminé golpeando más y más duro la puerta, estuve así por unos 10 minutos hasta que alguien pasó lo suficientemente cerca y me escuchó pedir ayuda.
-¿Oye qué pasa? –Escuché desde afuera.
-La puerta se azotó y está atascada, no puedo salir necesito ayuda.
-¿Ya trataste de empujarla fuerte o golpearla?
-Ya pero no sirvió.
-Déjame intentar desde aquí, hazte para atrás.- Lo obedecí y me hice a un lado para asegurarme de que si la puerta caía o se abriera de golpe no me pegara. -¿Ya?
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Heather
RomanceUkyo creía que era un chico normal... Pero ¿Qué es a lo que llamamos normal?