Fireflies

Capítulo 1:

Me encuentro en la cama, son las 6 de la mañana, hoy no tengo motivación, estoy triste y agotada,¿la razón? Es un día especial, un día diferente a todos los demás que siempre estará en mi mente, hoy sábado 5 de enero cumple el segundo cumpleaños de el fallecimiento de mi madre, murió de un ataque cardíaco y aún, en esos días, semanas y años sigue doliendo, cuando pienso en ella me arde, me arde el corazón  y mucho. Todos mis conocidos me dijeron que todo iría bien y yo estoy aquí, esperando a que un día piense en ella y no me duela más, que mi vista de repente no se vuelva borrosa, que me cueste respirar y que no tenga nada para reconfortarme, ni gritar, ni golpear, nada, el dolor está ahí, es constante y no se quiere ir.

Al fin decidi levantarme e ir a por unas galletas de chocolate con naraja que tengo a la cocina, vivo con una chica hermosa, es más grande que yo pero solo me saca un par de años, yo tengo 17 y ella 19, aunque yo nunca me he llevado muy bien con gente mayor que yo nosotras tenemos mucha confianza una a la otra, no es mi mejor amiga ni mucho menos pero decidimos estudiar la misma carrera universitaria, inginería aeroespacial en la universidad de Berrycloth, se encuentra en el norte de España cerca de Aragón. Diana es una chica inteligente y me ayuda en las materias mas difíciles, hoy ella está en casa de su mejor amiga que ayer se fue de fiesta y se quedó a dormir allí, por esa razón yo estoy sola en el piso.

Cuando terminé de comerme un paquete entero de esas deliciosas galletas me fui a bañar, al terminar me puse el primer outfit que encontré en el armario, me lavé los dientes, me cepillé y me hize un moño despeinado. Al terminar cojí mi mochila con mis cosas necesarias; cartera, teléfono, llaves de casa... Salí de casa cerré la puerta con seguro e empezé a caminar en dirección en el cementerio dónde se encontraba mi madre. Llegué, abrí el portal e empezé a caminar hasta la lápida que visitaba todos los días, a diferencia de los otros hoy sentía que el lugar aún era más silencioso, incómodo, triste, solo y oscuro. Caminaba entre un montón de lápidas pero yo solo me dirigia hasta una, la que tenía mi apellido en ella. La encontré, me acerqué y leí su nombre rallado en aquella piedra color crema, Samantha Cullimore 1958-2019. Me senté a su lado, quité las flores y puse unas nuevas que compré mientras iba de camino hasta allí, quité la arena de encima y empezé a hablar para mi madre:

-Hola mamá, hoy hace 2 años que te fuiste- empezé a hablar- ¿te acuerdas el truco de mágia que siempre me hacía papá? ese que consistía en hacer desaparecer objetos, pues tu hiciste lo mismo, pero tú lo hiciste de una manera totalmente diferete, desapareciste, sí, pero solo lo hiciste fisícamente porque yo, igual que papá, te llevaré siempre en mi corazón.-Hice una pausa, cerre los ojos, cojí aire y continué hablando para mamá- Quiero que saps mamá que es imposible olvidarte, olvidar tu sonrisa, tus caricias, tus te quiero-volví a parar ya empezaba a ver sin claridad, ya todo se veía borroso gracias a las lágrimas que e acumulban poco a poco en mis ojos-y tus abrazos que me hacían sentir que estaba segura y libre de todo tipo de problema, y todo eso,mamá te juro que todo eso nolo he vuelto a sentir con andie más, solo contigo, can la persona que me querí desde el primer día que supiste que estaba dentro de ti y que me amasge hasta tu último segundo de vida-respire profundamente y se me escapó un sollozo, no quería llorar, aún no, me empazaba a arder el pecho pero seguí hablando- gracias por todo mamá, gracias por darme la vida, cuidarme y a poyarme aunque yo algunas veces no te traté de la manera en que merecias, eres... Esque eres mi madre, con esa palabra ya significa todo para mi, mi madre...- Me empezé a levantar y quedé enfrente la lápida- Nose hasta cuando dejará de dolerme eso pero te juro que cuando por fin lo supere te lo haré saber, te contaré mi vida, mis amores, la carrera, los libros que leo, como le va a Diana... Me gustaría hablarte de todo eso hoy pero se me hace imposible, gracias por todo mamá, te amo.-Miré la lápida por última vez por hoy y me fuí.-

Me fuí a un parque abandonado en las afueras del pueblo dónde vivo, Dagger encontré el banco de siemre y me senté allí y me derrumbé, me derrumbé completamente, me salieron todas las lagrimas que contuve toda la noche y toda la mañana, suerte que nadie me veía, o eso creía.

De repente sentí que habia movimiento, me saqué todas las lágrimas que bajaban hasta mis labios y miré a mi lado, había un chico sentado a mi lado, al ver que lo observaba me tendió un pañuelo que tenía guardado en su bolsillo. Lo cogí sin decir nada ya que los sollozos me lo impedían y me soné mientras el empezó a hablar;

-Te iba a decir que desahogarse es la mejor manera de quitar todo el dolor interno.-Tenía una voz grave y suave,- Pero al ver tus ojos pude comprender que llevas meses llorando por el mismo motivo.-

Faltó eso, faltó esa frase para que volviera a llorar, para que empezara otra vez a sentirme mal, a sentirme como todos los día, como la mismísima mierda.

-Debes aprender a dejar ir a la persona que echas de menos, ella siempre estará a tu lado aunque no de la misma manera que lo estaba antes.-

¿Como sabía que lloraba por una persona que estaba muerta?

-Tranquila, nno me mires con esa cara. Estaba visitando a un compañero mío al cementerio y te vi allí, llorando sola.-

¿Me siguió? Pensé internamente.

-Y no, no te seguí, aquí a veces vengo cuando no tengo nada que hacer y por lo visto tu vienes a deshogarte.-

¿Apenas lo dije en voz alta?

-Eso sí pero lo de antes he podido comprender por tu cara de onfusión.-

Desvié su mirada porque notaba que me estaba sonrojando, ¿como pude sonrojarme si ni siquiera me habia coqueteado?

-Me tengo que ir.-dijo al levantarse- Espro que la próxima vez que te encuentre tengas una sonrisa hermosa en tu cara.-Y empezó a caminar.-

¿Que acababa de pasar? De pronto un chico lindo me empezó a hablar y yo no le dirigí ni una sola palabra, como puedo ser así.

-Por cierto me llamo Alex.-Gritó desde la lejanía-.