Cap 14: Ebrio hasta los huevos.

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Matheo.

Me levanto, salgo a correr, me baño me visto y antes de ver a Leo salgo de casa, la he evitado desde lo que pasó la otra noche. Estaciono mi moto en el subterraneo de la empresa.

Odio mi trabajo, siempre quise estudiar otra cosa, pero mi padre siempre me insistió a que trabajara aquí. También lo odio a él, después de que Helena murió, mamá se enfermo de demencia y mi padre se volvió un mujeriego empedernido, dejó a mi madre en un hospital psiquiátrico y se fue a los angeles, y me dejó aquí. Es un hijo de puta, lo peor es que lo veo cada que me miro al espejo.

También logró ver a mi madre, era una mujer bella, con ojos grises y piel clara, pero no la veo en mi físico, la veo en lo que sé, en lo que aprendí de ella, esa mujer me enseñó todo lo que sé, la extraño, desde que enfermó es como hablar con otra persona.

Entro en mi oficina y me siento en esa estúpida silla con rueditas hay montañas de papeles que tengo que leer y firmar, odio esto, Sara mi secretaria, entra en mi oficina con un paso demasiado sexy moviendo las caderas, su pelo rubio cae suelto sobre sus hombros, tiene un buen culo, siempre intenta seducirme poniéndose vestidos y faldas cortos o apretados, es bonita, pero no me produce nada.

—Señor, tiene una reunión a las 9:30am con sus socios.

No respondo solo escribo en el computador, ni siquiera la miro cuando sale.

Me recuesto sobre el respaldo de la silla, Sara me tiene ganas, ella es una buena opción para quitarme esta estúpida erección que me cargo desde hace días, me duele, siento que va a explotar, odio sentirme así.

Miro el papeleo que hay sobre la mesa, tomo uno de los papeles y comienzo a leerlo pero estoy distraído, la palpitación que tiene mi entrepierna me desconcentra, miro a la puerta del despacho y luego el cinturón, me rindo ante mis impulsos, entonces camino hacia la puerta, paso el seguro y me devuelvo a sentarme a la silla.

Miro de nuevo mi pantalón que siento que cada vez es mas pequeño. Desabrocho el cinturón quito el botón y bajo el cierre, bajo mi bóxer y la erección salta frente a mis ojos, odio esto, yo no era así.

Tomo el falo y comienzo a bombear de arriba abajo, la saliva se me hace agua.

Sus gemidos.

Su perfecto trasero.

Sus piernas temblando.

Sus escalosfrios.

Su cara de inocencia.

Su orgasmo.

Comienzo a bombear de arriba abajo mas rápido, buscando la liberacion, pienso en ella, pero no es suficiente, necesito más, muevo mi mano de arriba abajo pero nada pasa, la desesperación aumenta, puedo sentir el palpitar de mi polla. Tomo una respiración profunda y suelto mi erección con fastidio, vuelvo a guardar la polla en mi pantalón, duele como la mierda.

¿Hay algo mal con mi pene?

Apoyo mis codos sobre el escritorio con aburrimiento, miro la pila de papeles, tomo el primer papel de la torre mecanicamente, solo firmo y leo todo sin entender nada.

***

Termina la reunión que duró como una eternidad y vuelvo a la oficina, miro mi escritorio, ya no hay papeles, me froto la sien juro que siento que me duele la cabeza, mi libido anda por las nubes y llego a pensar que podría coger lo que sea que se mueva o camine.

Entra Sara sin tocar, apoya sus manos sobre el escritorio dejándome ver su busto, ella no me provoca nada pero no estaría mal intentar.

En momentos desesperados, decisiones desesperadas.

Ángeles y DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora