¡ya basta lee minho!

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« Calma, conserva la calma y no meterás la pata, dilo con delicadeza y suavidad. No lo vayas a espantar, pide que te deje cortejearlo y tal vez, solo tal vez, te rechaze» O al menos eso se decía mentalmente para llenarse de coraje, valentía y ánimos que no sabía que tenía o siquiera existían.

Miró hacia el frente con la cabeza en alto, su porte recto e imponente, sus ojos decididos, fijos en su objetivo, tan ensimismado en no caer al suanye ante sus gelatinosas piernas que no había notado siquiera que iba caminando hacia el omega, que yacía al otro extremo del campus «Que no cunda el pánico, eres un Lee y los Lee jamás se acobarda en estas situaciones» Aunque en todo su apogeo no era de los muy arriesgados por cualquier miniedad, y no era queb menospreciara a sus sentimientos o a Jisung, pero Lee Minho no haría cualquier estupidez por cualquier persona, a pesar de estar en un constante de problemas, la mayoría de las heces le aterraba no correr con la misma suerte que lo acompañaba.

Era cuestión de arriesgar o perder, el interpuesto en el punto medio, el punto neutral, el punto equilibrado.

- Jisung.

Solo lo toleraba, soportaba, aguantaba, resistía, persistía y sobrelleva a por una persona en particular.

- Minho.

Han Jisung y sólo el maldito Jisung, tan irremediablemente único y resaltante en su caótica como monótona vida.

- Sé que tendrás tu cabeza vuelta un lío con los sucesos anteriores.- comentó, frotándose sus propias manos nervioso.- Pero quiero aclarar que lo que dije no era mentira, tú... hablar contigo fue lo mejor que me pudo haber pasado.- bingo, el peliazul se acomodó en su sitio, atento a cada palabra, que solo conmovía cada vez más su alterado corazón.- Me gustas.

El corazón de Jisung se detuvo abruptamente ante la sola frase, calándose y grabándose en sus neuronas, procesando lo último.

Me gustas.

- No espero que me correspondas, por supuesto, pero aún así estoy dispuesto a intentar.- prosiguió relamiéndose sus secos labios, intentando desatornillar las palabras clavadas en su garganta, prohibiéndole la escapada a tan anhelada y anticipada frase.- Quiero... quiero...

Oh no.

Jisung lo miraba fijamente, esperando pacientemente a que el alfa canalizara sus nervios, notables a simple vista y detonando a flor de piel, para poder deleitar sus oídos con la sinfónica propuesta, que, tanto él como su omega estaban esperando.

Porque sí, el omega del menor no era el único encantado con el contrario.

- Quiero cortejarte, ser un pretendiente, un enamorado, como gustes llamarme.- soltó sin preámbulo.- Claro, siempre y cuando tú estés dispuesto a darse la mera oportunidad.- aclaró presuroso por haber sonado tan osado y desvergonzado.- Créeme que no duraré en tomarla y explotarla al máximo.

Jisung debatió, minutos, segundo, que para Minho fueron horas, años, eternidad.

- Acepto.- finalmente dijo, el lobo de Minho aulló en palpable alegría.- No lo dudo, pero hasta ahora nadie ha tenido la valentía de cortejarme por conocer el verdadero lado de Han Jisung. Todos renuncian después de la primera cita.- miró al alfa parada en sus narices, sus ojos brillando con diversión, sonriendo con malicia y su nariz aspirando el delicioso y fragante aroma a reto.- ¿Estás seguro de querer hacer esto?¿Demostrarás ser distinto?¿O te vas a rendir como los otros?

Ahora sí se estaban entendiendo, Jisung acababa de presionar la tecla correcta en Minho, quien no flanqueó en ningún momento.

Ni siquiera por la visible advertencia.

Una sonrisa divertida y despiadada se plasmó en sus facciones, cruzándose de brazos, persistente.

- Yo no soy otros, Sunggie, estás hablando conmigo.