Anniversary || Fargexby

Capítulo único

ANNIVERSARY

Alexby estampó su cabeza contra la dura madera de su escritorio mientras estrujaba con fuerza el celular entre sus manos, dejando salir terribles lamentos y lloriqueos que trataba de ocultar entre sus brazos después de ver el último tweet de Fargan. ¿Cómo pudo ser tan imbécil?

Olvidó por completo qué día era al igual que su importancia, todo para enterarse con un tonto tweet que lo tomó desprevenido. Ahora entendía el extraño comportamiento de Fargan esa mañana, las dulces palabras que le dedicó con la intención de despertarlo cuidadosamente, solo para al final ofrecerse a cubrir su turno y así dejarlo dormir cuánto quisiese.

Lo único que podía usar como excusa para su gran metida de pata era decir que el último caso que se le fue asignado le distrajo por completo, perseguir al grupo de tontitos de turno y tratar de descifrar las pocas pistas que dejaban no fue sencillo, mucho menos cuando se la pasó trabajando en el turno nocturno la última semana. Para él quedaba perfectamente justificada su distracción.

Aunque también sabía que eso no sería pretexto suficiente para Fargan, nada lo sería.

Un bufido se escapó de sus labios al ser consciente de su complicada situación, su querido esposo no se lo perdonaría y le haría arrepentirse por todas esas veces que le dijo "tonto" cuando hacía algo mal o se olvidaba de algo. Era increíble cómo la vida daba giros y terminaba repartiendo el karma.

—¡Agente! —Llamó alguien frente a su mesa—. Le recuerdo que no puede dormir mientras se encuentre en servicio.

Alexby se incorporó de inmediato debido al susto que le causó escuchar esa conocida y atemorizante voz tan cercana.

—No estaba dormido, comandante —aclara con rapidez.

—Entonces te estabas distrayendo con esto, ¿no es así? —dice inquisitivamente, señalando el teléfono que aún traía entre sus dedos.

—No, se lo juro. Yo estaba...

La suave risa de la castaña —Nancy Adams, su jefa— le hizo detener su hablar, no entendiendo la causa de su repentina diversión.

—Tranquilo, Alex —habló con un tono más amable—. Sé que es tu aniversario, de seguro estás en las nubes pensando en tu esposo.

—¿Cómo es que usted sabe lo de mi aniversario? —inquiere.

—Bueno, Fargan ha estado toda la mañana comentando maravillas de ti y yo solo lo supuse, lucía realmente ilusionado y con un brillo particular en los ojos —menciona mientras regresa a su despacho, manteniendo una sonrisa enternecida—. Es muy lindo, pero no siga distrayéndose, por favor.

Claro, eso debía ser, ¿por qué no lo pensó antes si se supone que lo conocía desde hace tanto? Era obvio que el castaño se la pasaría dando cánticos enamorados entre sus compañeros y más ahora que tiene la satisfacción de no haber olvidado el festejo. Eso no hacía más que convertirlo a él en el gran villano de la historia.

Aquel simple pensamiento solo provocó que Alex quisiera hundirse en la tierra hasta desaparecer, en especial porque a lo lejos pudo escuchar los llamados acaramelados de su marido.

—¡Alesby!

Trató de disimular su pesar al fingir que rebuscaba entre todos los documentos que yacían esparcidos por ahí, con una desesperación que en realidad lo hacía ver mucho más ansioso de lo normal.

—Hola, cariño —Alex siente su presencia al otro lado del escritorio—. ¿Cómo está el esposo más lindo del mundo?

Respinga al captar la suave caricia que el mayor le proporciona en el cabello, luego ve de reojo cómo toma una silla para sentarse frente a él mientras deja muy cerca de sus manos un vaso con lo que parecía ser su bebida favorita.