Era como por primera vez estar sintiendo que te caías en un precipicio sin final, sin paracaídas, pero de la mano de quien mas querías. Nunca llegué a imaginarme que la vida era esto, que nunca terminábamos de encontrarle el sentido absoluto, ni el destino absoluto que nos depara cada acción, que nos lleva a cada punto. La vida había sido un remolino desde hacia mucho tiempo, me había tomado por volandas y había hecho conmigo lo que había querido. Y aun no lograba entender como podía estarle agradecida después de todo, solo porque había plantado a Camila en mi camino.
Tenía todo y al mismo tiempo nada, sin saber si ya lo había tenido todo antes. Si algún día volvería a sentir ese vacío infernal del que tanto hablan cuando algo se rompe, y si todo lo que siento ahora es lo que se siente cuando eres feliz de verdad. Aunque fuese cargado de uno de mis mayores miedos, perder a Camila.
No me imaginaba un mundo sin ella, quizás sería porque nunca he vivido uno sin su presencia, porque no recuerdo haberlo vivido así. Era como imaginarme sola en un rincón, del que no querría salir jamás, por miedo a lo que me deparase sin ella. Era soledad, pero no por falta de gentes sino por la suya. El mundo sin ella, no parecía mundo en absoluto y creo que en el fondo, las dos lo sabíamos.
Pero allí estábamos, a punto de llegar al hogar de sus abuelos, mientras yo temblaba como nunca pensando que sería aquella la última vez que estaría presente en su corazón. Y aunque estuviese siendo egoísta, no podía evitarlo. Camila era todo lo que había sentido real en todo el tiempo que me habían estado robando los recuerdos, era todo lo que había llegado a considerar un hogar.
Podía verlo en su mirada, era como un cúmulo de emociones que llevaban persiguiéndole toda la vida. Era ella y todo lo demás no existía en su cabeza. Había estado ansiando este momento hasta el día de hoy y yo no era capaz de sentir otra cosa que pánico, un pánico silencioso que no era capaz de confesarle.
Camila: ¿Me acompañas? - agarró mi mano haciéndome descubrir que ya habíamos llegado - Quiero que conozcas a mis abuelos. - me sonreía a lo que yo no pude hacer nada más que asentir.
Aquella casa teñida de colores crema recién pintada, me hizo respirar un aire a dulce de vainilla que no existía en aquel momento. Era como respirar dulces horneados que acababan de salir del hueco más ardiente y aún así lograban mantenerse en el estado más apetecible del mundo. Era como haber estado allí mil veces antes y sentir que perteneces a algún lugar, por primera vez.
Hasta el sonido del timbre era un sonido tan familiar, que era como estar llamando a tu propia casa y esperar que tus padres abran la puerta de par en par.
— Camila, cariño. — la señora se lanzó a sus brazos nada más recibirnos — Te hemos echado tanto de menos, pasa mi amor, estás tan guapa. — comentaba mientras acariciaba sus mejillas — Pasa, le diré a tu abuelo que venga.
Camila: Ven, vamos para adentro. — tiró de mi hacia el interior de la casa — Mi abuela es muy emotiva, así que probablemente te llame guapa unas cincuenta veces, es solo que hacía tanto que no me veía que ni se ha dado cuenta de que estabas aquí.
_____: No te preocupes, creo que es lo más normal de mundo, después de tanto tiempo sin verte. — le sonreí llena de nervios por conocer una parte importante de su familia.
— ¡Mi niña! — llegaba exclamando su abuelo a toda velocidad, dejando un puñado de besos en su mejilla — No dejábamos de verte por la tele y escucharte en la radio, te echábamos tanto de menos.
Camila: De eso hace ya bastante tiempo abuelito, — puso una mano en su hombro suavemente — me hubiese gustado venir antes, pero he tenido muchas cosas que hacer y no he podido parar a descansar ni un solo segundo. — suspiró — Pero ha merecido la pena. — dijo para luego dirigirme la mirada acompañada de una sonrisa — Esta es _____, es una amiga muy especial, me ha acompañado hasta aquí. — informó y pude sentir sus miradas observándome de arriba a abajo.
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Polaroid || Camila Cabello & Tu
Fanfiction"Sesenta segundos" Ella decía que si parabas los recuerdos y conseguías congelarlos en una fotografía, ellos nunca podrían escapar. "Nuestros recuerdos vivirán siempre en una polaroid" - me dijo No copias, no adaptaciones.