Danvers sisters (Supercorp)

Capítulo 2: Alex

Cerca de la orbita de Takron-Galtos

Los motores se apagaron y la nave quedó inmóvil flotando en el espacio, un fuerte choque con algo hizo que la nave se sacudiera. El impacto generó que Alex se levantará y mirará por el cristal mientras se limpiaba las lagrimas que inundaban sus ojos. El escenario que encontró afuera era algo que la dejó boquiabierta: restos de naves destruidas flotaban por toda la zona, algunas zonas de la superficie del planeta estaban en llamas, parecían los restos de un campo de batalla.

 Alex estaba petrificada con lo que observaba, no se veían señales de vida por ningún lado. Sus pensamientos comenzaron a llenarla de miedo, estaban varados allí, sin ayuda, sin saber como funciona la nave, sin comida, no tenían ninguna posibilidad. Morirán en el espacio antes que Kara pueda llegar a tiempo (a menos que no la haya escuchado cuando le dijo a donde se dirigían).

Las lagrimas comenzaban a salir de nuevo cuando unas alarmas sonaron por toda la nave. Alex salió de sus pensamientos e intento encontrar el origen de estas. En el panel de control había una luz roja titilando con el compás de las alarmas, la pelirroja no sabía que significaba y ya empezaba a entrar en pánico hasta que el silencio se apodero de la nave y la luz roja cambió por una verde, eso la tranquilizó. 

—Lo verde es bueno ¿no? —se dijo a si misma. En ese momento escuchó gritos asustados provenir de afuera de la cabina de mando, luego escuchó dos disparos y eso la hizo sacar su arma. Hubo un tenso silencio por unos segundos que se sintieron eternos, estaba cubriéndose con una de las sillas apuntando hacia la puerta, no sabía que iba a entrar por allí pero no se iba a rendir fácilmente. 

La puerta se abrió; un hombre delgado de 1,75 entró en la cabina, su piel era azul y no tenía pelo, llevaba un arma en su mano derecha preparado para usarla. Alex al verlo le dio un disparo en el pecho dejándolo en el suelo inmóvil. Esa acción hizo que cinco alienígenas iguales al anterior entrarán apuntando sus armas hacia donde se encontraba Alex, sabía que no podría ganar aquella batalla, pero al menos moriría peleando. Se puso de pie y le disparó en el pecho a uno que tenía al frente, los otros cuatro dispararon al mismo tiempo que ella, mientras se giraba para dispararle al siguiente sintió un golpe en el brazo derecho que le dio unas descargas eléctricas que la dejaron en el suelo inconsciente. 

Una serie de suaves cachetadas en su mejilla izquierda hizo que despertara. Al abrir los ojos se encontraba en una nave totalmente diferente, parecía ser la zona de carga, pero en esta habían tres grandes jaulas a cada extremo. Se encontraba amarrada a una silla y unos 12 hombres azules la rodeaban mirándola con el seño fruncido, el que estaba al frente de ella era quien la había despertado, era como los demás, aunque era más viejo y poco cabello blanco crecía por detrás de su cabeza. 

Lo que más le llamó la atención a Alex fue ver que todos allí llevaban chaquetas negras de cuero (o lo que creía que era cuero) con un circulo blanco en el hombro derecho, supuso que era la vestimenta de la tripulación (eso explicaría por que ya no llevaba puesta su chaqueta). En cambio el viejo que tenía al frente llevaba una gabardina del mismo color y material, y el circulo era más grande y se encontraba en su espalda. Supo entonces que él era más importante, la pregunta era que lo hacía tan especial. Cuando el viejo notó que Alex lo recorrió con la mirada comenzó a hablar.

—Veo que ya está completamente despierta ¿capitana...? —el hombre habló con una voz nasal y un tono de enfado.

Al escuchar eso ultimo Alex lo comprendió todo, el viejo que la miraba con enfado era el capitán de aquella nave, eso era lo que lo hacía tan especial. Lo que la dejó pensando por un momento era ¿por que la llamo capitana? ¿Alguien dijo que lo es? ¿Era porque estaba en la cabina de mando?. Fuera cual fuera el caso debía aprovechar la oportunidad, tal vez sí seguía la corriente podría ayudarla en la situación que se encontraba.